En esta tan querida, tan sufrida, tan a veces desconcertante ciudad, casi siempre se suele andar a la gresca, es decir, practicando con frecuencia el tira y afloja; no sé si la culpa la tienen los gobernantes locales, los representantes de otras instituciones o la tenemos los propios ciudadanos; la realidad es que en esta tan histórica Segovia es muy difícil llegar a acuerdos que la beneficien.
Hace años, muchos años, allá por la década de los 50 del pasado siglo, un ministro, creo que de Industria y Comercio, llegó a la ciudad para, en donde entonces se llamaba Gobierno Civil, presidir la firma de un acuerdo para establecer en la ciudad un polígono industrial, el primer polígono industrial. Previamente los representantes más destacados de la industria local parecía que habían llegado a un acuerdo sobre el lugar para su ubicación. Iniciado el acto, surgió un inesperado imprevisto que dio origen a que, entre los presentes, se desatara una serie de discusiones y opiniones diversas sobre la pretendida ubicación. El ministro, un poco sorprendido y harto de la cosa, se puso en pie y anunció: Señores, mi despacho sigue abierto para ustedes y volveré a Segovia cuando se pongan, definitivamente, de acuerdo. Y se ausentó de la reunión.
Esta circunstancia se ha producido posteriormente en muchas ocasiones, con presencia o no de personalidades, por lo que no puede extrañar que Segovia sea una ciudad que, bajo el mandato de unos u otros, nunca haya conseguido “despegar” hacia adelante, a pesar de las lamentaciones de siempre por parte de quienes tienen en su mano hacer algo y que, por pitos o por flautas, no lo hacen…Quizá porque no sepan.
Se producen noticias contradictorias y todos dicen y piensan que están en posesión de la verdad
Ahora tenemos nuevos planteamientos que provocan la incertidumbre en cuanto a la consecución de las necesidades de la ciudad.
No parece fácil llegar a comprender de parte de quién está la razón, si del Ayuntamiento de la capital o de la Junta de Castilla y León, en materia sanitaria, que es la que en este momento preside la actualidad local. Se producen noticias contradictorias y todos dicen y piensan que están en posesión de la verdad. Tira y afloja de nuevo, pero lo cierto del caso es que va pasando el tiempo y, esa tan imperiosamente necesaria nueva instalación sanitaria no parece que va a estar muy asegurada en poco tiempo. Dentro de las próximas actuaciones, habrá que tener también en cuenta un rogatorio a Santa Rita, Patrona de Imposibles, para tratar de ponerla como medianera que “ilumine” a los responsables para que la ciudadanía pueda disponer, pronto, de un nuevo centro sanitario.
Cuando se anunció el proyecto de construcción del actual Hospital General, surgieron voces discrepantes en el seno del entonces único centro asistencial, el Policlínico “18 de Julio”, defendiendo que no era necesario uno nuevo, cuestión que provocó una rápida y contundente respuesta de este periódico en defensa del nuevo hospital. Ahora la historia no es la misma, pero algo también anormal se está produciendo que conduce a un cierto estancamiento del proceso, que debería estar en marcha ya y con carácter urgentísimo.
Reitero que parece que este tipo de discordias es propio de una ciudad como la nuestra
Reitero que parece que este tipo de discordias es propio de una ciudad como la nuestra, que en muchas ocasiones lleva a que proyectos de interés puedan quedar aparcados por tiempo y más tiempo. Porque, si tenemos ahora caliente este tema de la sanidad, he aquí que, para no romper la tradición, empieza a apuntar una nueva controversia con el anuncio de la puesta en marcha del proyecto de carril-bici, que ya está promoviendo reacciones contradictorias, entre las que, como es natural, unos lo creen perjudicial y los otros beneficioso, porque, entre otras razones, el proyecto en cuestión lleva consigo una duda: si su uso y trazado será útil para mejorar la movilidad, facilitando la comunicación interior a través de los vehículos de dos ruedas para “sustituir” en parte a los del motor, o será tomada la obra como un ejercicio para la práctica deportiva, pensando en el un tanto problemático trazado propuesto inicialmente. Porque el importe, 306.000 euros (50.914.116 millones de las desaparecidas pesetas, para los que somos “un poco antiguos”), no es, como diría un castizo, “moco de pavo”.
Por cierto que los señores concejales deberán ir acostumbrándose a utilizar la bicicleta especialmente para asistir a las sesiones de pleno, evitando así la mala imagen que origina la “aglomeración” de automóviles junto a la Catedral.
Y, como despedida de hoy, nuevo tira y afloja por culpa del empeño socialista de construir una nueva estación de autobuses, iniciativa muy particular que ha encontrado fuerte oposición en el último pleno celebrado el viernes, que representó un nuevo varapalo para el equipo de gobierno.
