El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, apeló ayer, en declaraciones a este periódico, a que exista el mayor consenso posible a la hora de determinar la ubicación de la estación de autobuses que ahora mismo se dirime entre su ampliación en los terrenos anexos a la actual implantación o una nueva dotación en las parcelas en las que están trazadas las líneas férreas en la antigua estación de tren de la ciudad.
El consejero manifiesta sentirse “preocupado” por el clima de división que existe entre los grupos que conforman el Ayuntamiento, y que tuvo su máxima expresión en el plan del pasado viernes. Pero se quiere mantener neutral en la disputa. “Nosotros no tenemos que tomar ninguna decisión, por lo tanto no poseemos ninguna opinión preconcebida: es el Ayuntamiento de la ciudad el que decide. Somos muy respetuosos de la autonomía municipal y del proyecto de ciudad, aunque tengamos las competencias como administración autonómica, pero, eso sí, requerimos el mayor de los consensos, entre otras razones porque tendrán que desarrollarse trámites urbanísticos para los que son necesarios esas mayorías amplias”.
La intervención del consejero se produce después de que, como decíamos, el viernes se evidenciara la fractura que existe en el seno del Ayuntamiento de la capital segoviana, en donde se quedó solo el grupo socialista, mayoritario en el equipo de gobierno, a la hora de defender que la ubicación se realizara en los terrenos propiedad de Adif, la gestora de infraestructura ferroviarias.
Por parte del Ayuntamiento se había recordado en los últimos días que Suárez-Quiñones se había ofrecido en su momento a la alcaldesa para facilitar las gestiones precisas con Adif, lo que parecía contradecir las iniciativas del grupo popular, partidario de la ampliación del actual emplazamiento. El PP fue el promotor de la moción que salió adelante el viernes después de la transacción de Podemos.
“Quiero afirmar dos cosas con rotundidad: no somos nosotros quienes decidiremos sobre la ubicación y no existe brecha entre el PP en el Ayuntamiento de Segovia y en la Junta de Castilla y León. Y reiteramos que la ciudad necesita una estación de autobuses digna, acorde con su condición de Ciudad Patrimonio de la Humanidad”.
Lo anteriormente dicho no es óbice para que el consejero de Fomento y Medio Ambiente opine sobre las dos posibilidades en juego en estos momentos. “En el corto y medio plazo la centralidad es una buena opción, aunque también cuente con problemas, como la molestia a la comunidad de vecinos. Primero, por el servicio a los usuarios, y después por la cuestión de los plazos. La estación de autobuses en terrenos ferroviarios supone enfrentarnos a un escenario complejo y la negociación con Adif puede dilatar los plazos, además de lo que supone el levantamiento de vías, una labor de por sí ardua y lenta. Pero ello, repito, no supone ninguna decisión por parte de la Junta. Yo simplemente realizo una consideración objetiva; es la ciudad la que tiene que decidir si quiere sacrificar la centralidad a sabiendas, además, de que los plazos pueden alargarse”.
En la última pregunta no fue tan rotundo el consejero. ¿Qué hará la Junta, que es la que tiene que acometer la inversión, en caso de que ese solicitado consenso no exista? El consejero reitera. “Pero es que la propia normativa urbanística lo va a requerir. Un proyecto de ciudad no se construye con una minoría”. ¿Y si a pesar de ello no existiera el acuerdo mayoritario? “Pues en ese caso… ya veríamos lo que pasaría”.
