Mirar al futuro puede ser motivo de cierto vértigo o incluso preocupación por la incertidumbre que puede significar, pero en planificación pública o empresarial mirar al futuro debe ser la piedra angular del desarrollo de cualquier proyecto.
Como ciudadano es normal querer tener certidumbres, certezas, la seguridad y la tranquilidad de saber lo que va a ocurrir, pero aunque en política no es posible tenerlo todo bajo control, es primordial planificar a corto, a medio y a largo plazo para generar esas certidumbres y seguridad para la ciudadanía.
Ver cómo estos días la derecha rancia de este país critica el debate abierto por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para pensar y planificar entre todos el futuro de nuestro país, para el horizonte de 2050, no deja de ser el ejemplo de la cortedad de miras que atesoran, que es claramente incompetencia. En mi caso animaría a pensar la Segovia de 2050, lo cual plantearé pronto.
En mi caso animaría a pensar la Segovia de 2050, lo cual plantearé pronto
No hace mucho tiempo se escuchaban críticas porque en política solo se pensaba en una legislatura y ahora que se abre el debate a medio y largo plazo, para poder aportar el modelo de país, su evolución y el bienestar de su ciudadanía, también se critica, lo que demuestra que la derecha sólo piensa en el poder en el momento puntual, sin planificar nada, eso es mucho pensar y trabajar para los demás.
El Gobierno de España, en un escenario tremendamente complejo, tiene proyecto de presente con un horizonte de seis años para invertir 140.000 millones de euros, para modernizar la economía, transformar nuestro modelo, preservar el planeta y construir un país de futuro dentro de una Europa responsable y comprometida con la igualdad de oportunidades.
Si los españoles y segovianos observamos diariamente como todo vale para desgastar al Gobierno, incluso obviando en los debates que la situación complicada que vivimos es consecuencia de los efectos del coronavirus, bajo una pandemia que afecta a todo el mundo, lo vivido la semana anterior con la crisis con Marruecos, con la utilización de marroquís para acceder de forma irregular en Ceuta y Melilla, como presión de su gobierno, ha rozado el esperpento. El señor Casado, en un ejercicio de “patriotismo de hojalata”, se reunió días antes con partidos políticos marroquís que defienden que Ceuta y Melilla sean incorporadas a Marruecos, sin despeinarse, pero después querer aparentar responsabilidad y sentido de Estado, pero para finalmente volver a sus deslealtades continuas con los españoles, criticando un episodio grave de conflicto diplomático, donde en un hombre de Estado, sólo queda apoyar al Gobierno. “Es incompatible querer ser patriota y después ser desleal con tu país en momentos tan complejos”.
Pero no quiero desaprovechar la ocasión de congratularme por la aprobación la semana pasada de la Ley Orgánica de Protección integral de la Infancia y Adolescencia, con una amplia mayoría, salvo la ultraderecha, que convierte a España, en un ejemplo más a la vanguardia de derechos. A pesar del “ruido constante y premeditado”, seguimos avanzando en derechos a la ciudadanía.
(*) Diputado del PSOE por Segovia.
