Un Giuseppe Meazza de gala recibió al vigente campeón de la Liga de Campeones, el Barcelona, con la intención de animar a los suyos, liderados por Eto’o, a una victoria que finalmente no llegó, pues el empate (0-0) fue el resultado justo para un partido movido, pero sin grandes jugadas de peligro.
Mucho había en liza, sobre todo el posible liderato final del grupo, aunque el partido no respondió a lo esperado. No fue aburrido, sobre todo gracias a ciertas fase de ataque en ambas porterías, aunque la verdad es que jugadas de peligro verdadero hubo pocas.
En cuanto al otro duelo, el protagonizado entre Ibrahimovic y Eto’o, se resolvió en tablas. Quizá tuvo más protagonismo el delantero sueco, que dispuso de dos o tres ocasiones ante Julio César, pero no supo materializarlas.
Fue Messi, en la primera jugada de ataque blaugrana, quien puso a prueba al meta internacional brasileño Julio César, cuando en una internada personal se fue de dos zagueros italianos, rompiendo la cintura a Zanetti, y disparó fuerte cerca del palo izquierdo interista. El Barça empezó mejor, con el dominio del balón y obligando al Inter a replegarse.
Messi cabeceó con peligro, parece que últimamente le gusta también rematar por arriba pese a su estatura, a centro de Alves, obligando de nuevo a intervenir al arquero Julio César.
Una de las incógnitas era ver cómo respondía Ibrahimovic ante su ex afición, pues ésta le dedicó numerosos silbidos cada vez que se hacía con la pelota. No obstante, el sueco se mostró muy motivado y activo y, de hecho, tuvo el gol en sus botas en los primeros minutos cuando, solo ante el meta, envió fuera el balón en un remate un tanto acrobático.
Eto’o, en la misma situación que el ariete sueco, presionó como hacía en el cuadro catalán al portero rival, en este caso Valdés. No obstante, el dominio blaugrana impidió que se mostrara en ataque en los primeros compases.
Con el paso de los minutos el Inter cogió la posición, más cómodo sobre el terreno de juego, aunque el balón seguía en posesión del Barcelona. Sin embargo, los locales tuvieron dos o tres ocasiones a la contra, siendo un fuerte disparo de Milito, en el minuto 28, la primera en la que Valdés tuvo que intervenir, de manera providencial. Sneijder, poco después, volvió a encender al público del Giuseppe Meazza con un tiro desde la frontal del área.
El Barça fue bajando el ritmo en ataque, donde solo Messi ponía algo de chispa, mientras que el Inter desplegó sus armas, juego rápido y directo. Aún y así, una jugada de ataque del Barça a punto estuvo de entrar, pero el disparo de Keita con la portería vacía a pase de la muerte de Alves salió desviado. Messi, de nuevo, provocó que Julio César desviara un chut suyo a córner.
Si en la primera parte fue Messi quien avisó en el primer minuto, en la reanudación le tocó a Sneijder, con un disparo raso demasiado cruzado. En el otro área, Ibrahimovic recogió un balón aéreo en un remate acrobático, pero sin peligro. Y es que ambos equipos parecieron saltar al campo con la intención de abrir la lata.
El partido pasó por una fase más tranquila, donde el vaivén de acciones en ambas porterías disminuyó, aunque hacia el minuto 60 el encuentro volvió a enloquecerse. De nuevo, ambos equipos buscaron tener más profundidad en el ataque. Por parte interista, Stankovic recogió un balón suelto en la frontal para encañonar una pelota que detuvo Valdés. Por el Barça, era el incansable Messi quien probaba suerte.
Lo poco destacable que quedaba por ver sucedió en el 72, en una jugada larga del cuadro español, y con el Inter arrinconado, cuando un centro de Xavi llegó a Henry, en la esquina contraria, y su disparo fue rematado fuera por Messi, que le arrebató el tanto a Alves. No hubo muchas más jugadas claras de ataque para nadie, aunque no renunciaron a ello, pero el primer asalto acabó en empate a cero. El Camp Nou puede dictar sentencia.
