Castilla y León defenderá en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de este miércoles que se suministre de nuevo la vacuna de AstraZeneca en las segundas dosis para los trabajadores de los sectores esenciales, en detrimento de la de Pfizer.
Como ha explicado la consejera de Sanidad de la Comunidad, Verónica Casado, si finalmente se decidiera que estas segundas dosis se tengan que suministrar con Pfizer, Castilla y León necesitaría «mañana mismo» 110 bandejas de este suero -128.700 vacunas-, porque las que hay almacenadas ahora mismo para este grupo de trabajadores esenciales menores de 60 años son las de AstraZeneca.
«Consideramos que debe de ponerse AstraZeneca como segunda dosis y yo, como vacunada, quiero que me pongan AstraZeneca», ha incidido Casado, quien ha pedido que se cumpla y siga la ficha técnica de la vacuna, como también se ha pronunciado la Agencia Europea del Medicamento y no ha despejado si en Castilla y León el ciudadano podría elegir cuál de los compuestos obtener.
De este modo, la titular de Sanidad autonómica ha augurado que en el consejo interterritorial de esta tarde habrá «grandes disparidades» entre las Comunidades Autónomas, de tal manera que la decisión final podría alejarse del consenso unánime o por clara mayoría que hasta ahora ha suscitado este órgano que integra a Comunidades y Gobierno Central.
Es por ello que Casado ha asegurado que la Comunidad necesita «de manera imperiosa más vacunas» para poder suministrar los sueros de los grupos de edad de mayor riesgo covid y poder tener las suficientes para administrar las segundas dosis.
La titular de Sanidad ha explicado también que el cambio de criterio en el reparto de las vacunas, al pasar de una proporcional al número de personas integradas en los grupos de edad a uno en función de la población total de la Comunidad, ha provocado que Castilla y León esté recibiendo ahora menos dosis que estas semanas atrás.
Esto se debe, ha explicado Casado, a que las Comunidades con la población envejecida han recibido hasta ahora el número de vacunas proporcional a su población diana, pero ahora, con este cambio de criterio al avanzar a grupos de menor edad, están llegando menos dosis, lo que afecta a la planificación de la vacunación, ya que deben asegurarse también las segundas dosis.
Como ha detallado la consejera, en estos momentos son unas 70.000 personas vacunadas con AstraZeneca las pendientes de recibir el segundo pinchazo, que debería haber llegado antes del 5 de mayo, pero cuya administración se retrasó a la espera de saber la eficacia de mezclar este suero con el de Pfizer.
A propósito del estudio ‘CombivacS’ conocido ayer e impulsado por el Instituto de Salud Carlos III, la titular de Sanidad ha lamentado que no ha sido hasta hoy cuándo ha podido leer el estudio y ha puesto el acento en el número reducido de pruebas que se han hecho -678- para llegar a la conclusión de que mezclar las vacunas aumenta la respuesta inmune.
Para Casado, es «obvio» que al suministrar una segunda dosis, la respuesta inmune frente a la covid también se incrementa, pero ha puesto en duda que este estudio realmente sirva para saber si al combinar dos sueros diferentes también aumentan los efectos secundarios, ya que las muestras realizadas han sido «escasas».
Por todo ello, la titular de Sanidad ha reconocido que Castilla y León, al igual que otras Comunidades, se encuentran en estos momentos con un «problema importante de planificación» de la vacunación que debe ser resuelto «cuanto antes«, de modo que no ha entrado a opinar sobre las informaciones que sitúan a Castilla-La Mancha vacunando a finales de junio al grupo de edad entre 30 y 39, que Casado ve aún lejano en la Comunidad.
Igea advierte al Gobierno
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, ha advertido al Gobierno Central de que si no da «una explicación racional» para completar con Pfizer la pauta iniciada con AstraZeneca en los menores de 60 años, la Junta de Castilla y León suministrará AstraZeneca siguiendo todas las evidencias científicas.
El vicepresidente de la Junta ha manifestado, en declaraciones a los periodistas realizadas en Palencia, que «no hay una explicación científica razonable» para cambiar la pauta y completar con Pfizer la pauta iniciada con AstraZeneca en los menores de 60 años, «como quiere el Gobierno de España».
En su opinión, la evidencia científica es «clara», ya que se suspendió la vacunación con AstraZeneca porque había un problema de seguridad, que eran 7 eventos tromboembólicos por millón, por lo que ahora no se puede decir que es más segura la combinación con un ensayo de 400 personas sin grupo comparativo, que además lo único que dice es «que hay más efectos secundarios con la combinación«.
