El Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial emitió ayer un informe en el que insta a España a «tomar medidas efectivas para erradicar la práctica de controles de identificación basados en perfiles étnicos y raciales» que, «en la práctica, se pueden traducir en detenciones indiscriminadas» de extranjeros.
Esta es una de las principales recomendaciones del documento publicado por la ONU en el marco del examen realizado sobre España durante el período de sesiones, desarrolado entre el 14 de febrero y el 11 de marzo, y en el que se analizaron informes presentados por el Gobierno, Amnistía Internacional, SOS Racismo, Secretariado Gitano y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
Tras analizar la documentación, el Comité pide a España que revise la Circular policial 1/2010, en la que se consignaban cupos de detención de inmigrantes, y que reforme los aspectos de la legislación en materia de extranjería «que dan lugar a interpretaciones que en la práctica se pueden traducir en la detención indiscriminada y en la restricción de los derechos de los ciudadanos nacidos fuera del ámbito territorial del Estado».
Además, la ONU pide al Ejecutivo que revise la Ley de Extranjería, porque las disposiciones relativas a víctimas inmigrantes de violencia de género «son discriminatorias» contra las mujeres que padecen malos tratos y están en situación irregular.
En el documento se puede leer que esta normativa «puede disuadir a las foráneas sin papeles a presentar denuncias por violencia de género por miedo a ser expulsadas del territorio nacional en caso de que los tribunales no dicten una sentencia condenatoria contra el acusado».
El Comité también expresa su «preocupación» por las personas que tras cumplir 60 días encerradas en Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) son puestos en libertad con un proceso de expulsión pendiente, lo que les hace «más vulnerables a ser víctimas de abusos y discriminaciones».
En esta línea, solicitan al Gobierno que adopte «las medidas necesarias para garantizar la protección de sus derechos básicos, la cobertura judicial y el acceso a un recurso efectivo, incluida la posibilidad de recurrir su orden de expulsión».
Por último, se solicita al Ejecutivo que elabore el reglamento de los CIE con la finalidad de uniformar su funcionamiento y así garantizar condiciones de vida, acceso a información, asistencia legal y atención médica adecuadas para los internos, así como la entrada, sin ninguna clase de restricciones, de las organizaciones no gubernamentales de asistencia a dichos centros.
La violencia de género, las detenciones indiscriminadas y las cuestiones referidas a la situación de los menores son, junto a la falta de estadísticas, los temas sobre los que la ONU pide a España un mayor esfuerzo.
En concreto, «reitera» su petición al Gobierno de facilitar datos «sobre la composición étnica y racial de su población» y solicita que elabore un censo incluyendo estos criterios, dado que es «fundamental» para «monitorizar» la discriminación.
Acerca de este asunto, el Comité expresa su «preocupación» porque «no existen cifras oficiales» sobre incidentes racistas y xenófobos, ni sobre el número de denuncias presentadas o las medidas judiciales que han ocasionado.
Para la ONU, tener «escaso número de denuncias» no debe considerarse «necesariamente positivo, ya que puede ser un indicador, entre otros, del temor de las víctimas» o de su «falta de confianza en los órganos policiales y judiciales» del país de acogida.
