Era la hora de las explicaciones, y los políticos socialistas Alfredo Pérez Rubalcaba y Miguel Sebastián se emplearon ayer a fondo para defender el paquete de medidas de ahorro energético aprobado por el Gobierno.
Cabe resaltar que el plan tendrá un coste de 1.151 millones de euros; de cualquier modo, el 80% de esa cantidad la asumirán las compañías eléctricas. La estrategia permitirá, de acuerdo al Ejecutivo, reducir en un cinco por ciento las importaciones de petróleo anuales, lo que dejará en las arcas públicas un beneficio de en torno a 2.300 millones.
Dentro del proyecto, hay dos puntos especialmente polémicos, el asunto de la iluminación municipal y la ya famosa imposición de un tope de 110 kilómetros por hora en autopistas y autovías. Por supuesto, los dos responsables tuvieron que referirse detalladamente a ellos en la comparecencia que siguió al Consejo de Ministros.
Sobre la primera cuestión, el líder del ramo de Industria, Turismo y Comercio, Sebastián, dejó claro que los municipios de más de 25.000 habitantes (295 localidades en total) tendrán que cumplir la normativa sobre alumbrado público eficiente en un plazo máximo de cinco años. La renovación no supondrá un coste directo para los ayuntamientos, ya que se hará a través de Empresas de Servicios Energéticos.
El titular de la cartera aseveró que estas compañías financian la inversión y luego cobran con un plan plurianual a partir del ahorro obtenido en la factura eléctrica. En este sentido, parece que se evitará cualquier desembolso de los municipios.
Acerca del segundo tema, Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, avanzó que la reducción de la velocidad máxima en autopistas y autovías de 120 kilómetros por hora a solo 110 tendrá vigor durante cuatro meses, hasta el 30 de junio, cuando se evaluará su continuidad.
En definitiva, el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero dio luz verde a una veintena de medidas con las que trata de contrarrestar una crisis energética acentuada a raíz de los disturbios en el norte de África.
El principal candidato socialista a aspirar al sillón de la Moncloa si el actual presidente decide no presentarse a la reelección advirtió de que la revolución en el mundo árabe podría poner en cuestión la recuperación económica, pero solicitó tranquilidad. Y es que el Gobierno considera que, con su plan, no debería haber problemas de crecimiento.
Con respecto a Sebastián, puso el acento en la ambiciosa campaña de concienciación ciudadana que se va a llevar a cabo, y destacó que el proyecto busca bajar en 28,6 millones los barriles de petróleo que se compran al exterior cada año y en 12,5 millones las toneladas de CO2 que se emiten.
Estos aspectos, unidos al hecho de que las compañías eléctricas van a pagar un porcentaje muy importante de la renovación, dentro de la partida de ahorro y eficiencia energética, centraron sus ilusionadas palabras.
Las iniciativas, tal y como explicó el ministro, se dividen en tres grupos: transporte y movilidad, edificación e iluminación y consumo eléctrico.
De entre ellas, sobresalen el plan de neumáticos, la renovación del sistema de alumbrado público municipal o el establecimiento de una línea ICO para Empresas de Servicios Energéticos.
Los representantes del Ejecutivo también aprovecharon la rueda de prensa para descartar una limitación del acceso del tráfico al centro de las ciudades, o la reducción de la velocidad en algunas calles de 50 a 30 kilómetros por hora. Los responsables creen que estas acciones no generarían apenas beneficios en cuanto al consumo de energía, y tampoco están contemplando la opción de recurrir a cortes de suministro.
Como resumen, Sebastián subrayó que las medidas responden a una actitud de «responsabilidad y coherencia». Más le vale al Gobierno que no surjan problemas, porque de lo contrario, las críticas al plan, ya amplias, se generalizarán.
