Ya están aquí. Desde ayer, las calles, plazas, iglesias, teatros y patios de la ciudad de Segovia han quedado invadidos, eso sí, pacíficamente, por una legión de muñecos que no las abandonarán hasta el próximo lunes, cuando se baje el telón de esta vigésimo quinta edición del Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia, cuando terminen las bodas de plata de Titirimundi.
La sesión inaugural, en el Teatro Juan Bravo, contó con la actuación de La máquina real, una propuesta historicista que recupera el teatro de títeres que se hacía en España en los siglos XVII y XVIII, lo que se denominaba el teatro de la máquina real. En este caso, el montaje elegido fue también un texto de la época, “Lo fingido verdadero”, de Lope de Vega.
Antes del espectáculo, el pregón de esta edición tan especial estuvo a cargo de tres “cómicos segovianos”, tal y como los describió el director del festival, Julio Michel: la actriz Lucía Jiménez, la directora teatral Ana Zamora y el director de cine David Pinillos.
Todos ellos destacaron la importancia que Titirimundi ha tenido en su vida desde la infancia e hicieron votos por una larga vida para el festival, como subrayó Lucía Jiménez, quien afirmó esperar que ahora sea su hijo quien disfrute de los títeres, y sus nietos en un futuro.
Por su parte David Pinillos transmitió a los asistentes a esta sesión inaugural su sensación de que Titirimundi “ha existido siempre, desde el día que descubrí unos títeres mientras jugaba en el Jardín Botánico”, para comentar también entre risas, que perteneció a una compañía de teatro “de la que salí justo antes de que viniesen a Titirimundi; ahora he tenido que hacer una película para venir”.
Ana Zamora, que se preció de haber sido la primera voluntaria de Titirimundi, confesó que su devoción por el teatro medieval y renacentista, que ha marcado su carrera, nació cuando tenía solo once años, en una actuación de Gioco Vita en Titirimundi.
Hoy viernes, en la segunda jornada del festival, los teatros ofrecerán montajes como “Braqueaje”, una divertida y muy recomendable propuesta de los franceses Bakélite, en torno a un robo; o la vuelta a Segovia de “La Casa”, de la compañía de Sofie Krog, que pudo verse el año pasado y en el que participa el segoviano David Faraco. También con sabor segoviano, el primer pase del montaje de producción propia de Titirimundi, “La leyenda del Acueducto”, con la participación de varios artistas locales; será a partir de las diez y cuarto de la noche en el Azoguejo.
En los patios, las propuestas de hoy incluyen a clásicos del festival, como el Circo de las Pulgas, en la Casa del Sello; o Titiriteros de Binéfar, que ponen en escena “El bandido cucaracha” en el patio del Torreón de Lozoya. También los montajes de Tanxarina, que muestra la vida en las cavernas en el patio del Palacio de Quintanar; La tête de pioche, en el patio de Abraham Senneor, con unos alegres vendedores de perritos calientes que montan una fiesta con salchichas; y Creatures, con “Es la luna la que me lo ha dicho”, en el jardín de San Juan de los Caballeros.
Por lo que respecta a la calle, en una jornada en la que se anuncia buena temperatura, aunque no se descartan algunas tormentas, los espectáculos comenzarán a las doce de la mañana con los italianos Teatro Necessario en la Plaza de San Martín; a la una se desarrollará la otra actuación programada para la mañana, con Anita Bertolami y su cofre de las maravillas en las escaleras de la Biblioteca Pública.
Anita Bertolami también estará en las escaleras de la Biblioteca por la tarde, cuando el festival ofrecerá hasta una veintena de espectáculos en la calle, en una jornada en la que Valladolid celebra la fiesta de San Pedro Regalado. Entre otras compañías, se podrá ver a los franceses Beau geste, con un juego poético a través de la danza y el teatro, con la participación de una excavadora; o los también franceses Delit de façade, que convertirán a los espectadores, en la Plaza de San Martín, en voyeurs de lo que sucede en el interior de un edificio.