A buen seguro movidos por un instinto de supervivencia política que les empuja a tranquilizar a la opinión pública, cada día más estupefacta ante la inacción de los partidos mayoritarios a la hora de afrontar la crisis, Gobierno y PP se olvidaron ayer nuevamente de lo apremiante que resulta implementar medidas para contener el déficit y crear empleo y centraron sus esfuerzos en dar la impresión de que el más que previsible fracaso del añorado pacto de Estado será responsabilidad exclusiva del rival.
Así, con una letanía tan habitual como corrientes son los inmediatos desmentidos de los aludidos, el Ejecutivo aseguró ver «espacios de acuerdo» con el PP en muchas de las cuestiones que ayer se pusieron sobre la mesa durante la primera reunión bilateral entre la formación conservadora y la comisión designada por el presidente Zapatero para negociar un gran acuerdo global.
Así lo explicó la ministra de Economía, Elena Salgado, quien, eso sí, confirmó que existe una «diferencia profunda» entre las propuestas de socialistas y populares en las cuestiones impositivas, una discrepancia que se augura determinante puesto que, en opinión de la número tres del Gabinete, la subida del IVA en dos puntos que entrará en vigor a partir de julio, repudiada por el PP, es «absolutamente necesaria».
Pese a tan trascendente desacuerdo, la socialista sostuvo que la reunión fue «positiva y útil» y posibilitó una discusión «rica en contenidos y comentarios».
Salgado insistió en que la reunión con la formación de Mariano Rajoy, que se celebró en el Palacio de Zurbano y a la que acudieron los tres máximos responsables económicos conservadores -Cristóbal Montoro, Álvaro Nadal y Fátima Báñez-, «abrió un espacio entre el Gobierno y el principal partido de la oposición para continuar trabajando «las próximas semanas», a través de nuevos encuentros, en los que, además de la representación política, habrá «apoyo técnico». La vicepresidenta añadió que el Gobierno tendrá todavía que acordar con el PP la metodología de estas futuras citas, aunque adelantó que se tratará de reuniones «específicas».
La base de las futuras discusiones serán «más de 20 puntos de acuerdo» que se produjeron ayer dentro de las 40 medidas propuestas por el PP, entre las que Salgado citó la política energética, el impulso a la competitividad, la internacionalización, las infraestructuras, la reducción del gasto y la reforma del sistema financiero.
El optimismo de la titular de Economía quedó muy rebajado tras escuchar el análisis de Montoro, quien insistió en que los populares no sellarán un «acuerdo global» con un Gobierno «que sube impuestos» y no renuncia a elevar el IVA. No obstante, el conservador reconoció coincidencias «puntuales» en cuestiones «secundarias» para la salida de la crisis, como los incentivos fiscales a la rehabilitación de viviendas o la concesión de préstamos directos por parte del ICO.
«Son mejor que nada», reconoció el popular antes de asegurar que «no sabía» por qué se había entrevistado con el Ejecutivo y recalcar que las alternativas presentadas por el PP son un «todo coherente» que no puede «desgajarse».
