El australiano Michael Rogers, del equipo Tinkoff-Saxo, se impuso ayer en solitario en la undécima etapa del Giro de Italia, disputada entre las localidades de Collecchio y Savona sobre 249 kilómetros, mientras que su compatriota Cadel Evans (BMC) sigue con la ‘maglia rosa’ tras otra jornada muy tranquila para los favoritos.
En una etapa ‘maratón’ y con un puerto de segunda categoría, el Naso di Gatto, situado peligrosamente en el tramo final, los aspirantes al podio apenas se movieron y Evans vivió un día sin problemas de cara a afrontar hoy la contrarreloj individual donde puede ampliar su renta de cara a los días decisivos de la ‘corsa rosa’.
Con todo, la gloria fue nuevamente para otro corredor oceánico. Michael Matthews (Orica-GreenEdge) y el veterano ganador del Tour de Francia de 2011 ya habían brillado y, en esta ocasión, fue Rogers el que puso nuevamente a su país en primera línea con un triunfo donde demostró su potencia para poder competir en solitario contra sus perseguidores y que le sirvió para tomarse una revancha.
Y es que el tricampeón del mundo contra el crono vio cómo en abril la Unión Ciclista Internacional (UCI) le levantaba la sanción que recaía sobre él por un positivo por clembuterol en la Copa de Japón, pero que logró demostrar que fue por consumo de carne contaminada en China, donde había estado anteriormente, y no de forma voluntaria.
El ciclista de Canberra retornó a la actividad hace unas semanas en la clásica Lieja-Bastoña-Lieja y pudo entrar en la lista para competir en el Giro de Italia, donde pudo confirmar su ‘revancha’ y alzarse con su primera victoria en una gran vuelta.
Moreno entra en la fuga
El día comenzó con una larga escapada, en la que estuvieron el español Dani Moreno (Katusha) o el irlandés Nicolas Roche (Tinkoff-Saxo), llamado a ser protagonista hasta su caída en la dura etapa del pasado jueves, como nombres más destacados. El pelotón de favoritos, siempre controlado por el BMC, dejó maniobrar sabedor de que el Naso di Gatto les ayudaría a dar caza de los fugados para jugarse la victoria al sprint.
El equipo de la ‘maglia rosa’, comandado por el español Samuel Sánchez, mandó en el ascenso al puerto de segunda categoría, donde fue engullendo a todos los aventureros, y donde nadie se atrevió a inquietar a Cadel Evans, esperando una mayor dureza en las próximas jornadas con la llegada de la alta montaña. El único damnificado fue el italiano Diego Ulissi (Lampre-Merida), séptimo clasificado y que se descolgó lastrado por una caída.
El terreno de descenso acabó por confirmar la vuelta a la normalidad y fue entonces el momento que aprovechó Michael Rogers para meter una marcha más. El australiano dejó claras sus dotes de excelente rodador en solitario y pronto abrió una brecha lo suficientemente grande para poder levantar los brazos en solitario en la meta, ante un pelotón que no se organizó lo suficiente para inquietarle.
