Por más que la Presidencia de turno de la UE sea, especialmente desde la aprobación del Tratado de Lisboa, una mera dignidad protocolaria, sin apenas capacidad decisoria, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intentará aprovechar al máximo la repercusión del acontecimiento para reforzar su imagen de estadista.
El primer acto relevante desde el punto de vista de la imagen tendrá lugar hoy mismo, cuando el inquilino de Moncloa se reúna en Madrid con su compañero socialista y ex jefe del Gobierno Felipe González, con el antiguo presidente de la Comisión Europea Jacques Delors y con el ex ministro de Economía Pedro Solbes, a los que, junto con la actual responsable financiera del Ejecutivo, Elena Salgado, ha convocado con la teórica pretensión de analizar la mejor manera de superar la crisis económica que azota al conjunto de la UE.
Fuentes del Gobierno informaron ayer de que el objetivo de la reunión será intercambiar puntos de vista sobre los pasos concertados que han de ir dando los Veintisiete en los próximos meses para lograr la recuperación del empleo, pues no otra es la principal prioridad del semestre español.
A la cita, que tendrá lugar esta mañana, estaba invitado el comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, pero ha excusado su asistencia con el argumento de que está preparando en Bruselas su comparecencia del próximo día 12 ante el Parlamento de Bruselas.
Cabe recordar que la presencia de Felipe González no es casual, pues actualmente preside el denominado Grupo de Reflexión, que ha de presentar durante la Presidencia española a los jefes de Estado y de Gobierno una serie de ideas sobre el futuro de la Europa unida.
Por su parte, el francés Jacques Delors fue presidente de la Comisión Europea durante una década (de 1985 a 1995) y durante su mandato cosechó no pocos elogios por su manera de entender el Viejo Continente. Se da además la circunstancia de que España se adhirió al club comunitario durante su reinado.
Tan ilustres interlocutores serán pues los encargados de dar a Zapatero, que estará de nuevo arropado por Solbes, su hombre fuerte económico durante un lustro, nuevas recetas contra la recesión.
La cita de hoy -que podría repetirse en los próximos meses para analizar la evolución de la situación-, será una de las primeras actividades del líder socialista como presidente de turno de la UE, aunque probablemente no alcance la espectacularidad de la prevista para el viernes en el madrileño Teatro Real. Allí se celebrará la gala inaugural de la Presidencia, a la que asistirán, además de Zapatero, los Reyes, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el presidente estable del Consejo, Herman Van Rompuy.
Horas antes del evento, el también máximo responsable del PSOE se entrevistará con Durao y Van Rompuy en Moncloa para analizar el semestre, y los tres comparecerán en una conferencia de prensa.
Tal acto no deparará grandes sorpresas, puesto que la terna se limitará a abundar en lo explicado en el artículo conjunto que días atrás dieron a conocer el español y el belga coincidiendo con el inicio de la Presidencia semestral. En dicho texto, publicado por diversos rotativos del Viejo Continente, se confía en que 2010 sea un buen año y se sella el compromiso a aplicar el Tratado de Lisboa «de forma diligente y rigurosa», así como a esforzarse por «avanzar en la coordinación de las políticas económicas nacionales para afianzar la recuperación».
Como colofón, en el texto se resalta la importancia de implementar en toda su dimensión la Estrategia de Crecimiento y Empleo que se aprobará este semestre para renovar la denominada Agenda de Lisboa.
