Hay aficionados de la Gimnástica Segoviana, pero este se sale de los singulares. Es un hombre de 73 años, Pedro Velasco Velasco. No solo es aficionado de su equipo vital, es también un acérrimo seguidor. Tiene el escudo de la Sego en las ventanas de su casa, en sus pantalones, en sus cazadoras, en sus zapatillas; es decir, su corazón late en azulgrana segoviano.
Pedro es de la familia de los famosos Barcenillas, saga que durante muchos años adoquina las calles de nuestra ciudad. Ahí estuvo nuestro personaje. Luego, ha cumplido su periodo laboral durante 22 años como empleado de la limpieza, siendo su ámbito habitual el barrio de Nueva Segovia.
Sigue a su equipo en muchas ocasiones. Su anécdota más famosa es: en un viaje de la Sego a Aranda se despistó; y, en vez de ir al bus de regreso a Segovia, siguió a unos segovianos que iban delante con una bandera; pero tales aficionados habían ido en un coche particular; mientras, el bus se vino para Segovia. El presidente de la Sego, Agustín, solucionó el trance. Le recogió con el bus del equipo y le trajo a Segovia. Pedro vino con los jugadores, y cuando llegó a la capital, de la emoción, se le había hecho el pompis gaseosa.
Este hombre, ya jubilado, se despierta cada día pensando en dónde coser un nuevo escudo para divulgar su amor a su equipo de alma; y eso lo lleva sin rubor por todas las calles; por ello, merece ser considerado como personaje genuino del deporte segoviano.
(En la sección Álbum de EL ADELANTADO de hoy existe una foto de este personaje).
