Aunque ahora oculta por la necesaria mascarilla, la sonrisa de Nuria Martín transmite el mismo optimismo que sus cuadros. Ni siquiera los avatares de su delicada salud hacen perder un ápice de sentido vital a una mujer que se ha reinventado profesional y personalmente en varias ocasiones para superar los obstáculos que la vida ha ido poniendo a su paso. Así, para superar el difícil escollo del desempleo, al que se suma el no menos difícil de la crisis sanitaria, Martín ha dado una nueva vuelta de tuerca tomando como referencia su vocación artística y ha decidido exponer sus primeras creaciones, elaboradas empleando una técnica mixta que combina la pintura al óleo y el ‘collage’.
Su obra se caracteriza por la creación de originales y coloristas cuadros , todos ellos del mismo formato, en los que plasma tiestos de los que surgen alegres ramos de flores, cuya contemplación insufla el mismo optimismo del que su autora hace gala.
La iniciativa surge en pleno confinamiento, donde la imposibilidad de encontrar empleo y la obligada reclusión derivada de la pandemia hizo que Nuria Martín –activa por naturaleza- buscara algún medio con el que poder “llenar horas” . “He escrito poesía, he pintado paredes en casa, hago montajes fotográficos, pero elegí esta forma de expresarme a raíz del coronavirus, donde para mandar un mensaje de ánimo pinté un arcoíris como símbolo de esperanza ante la pandemia, y cuando le terminé, vi que tenía más posibilidades y comencé a jugar con colores para después meter adornos florales”.
Aunque todas sus obras son sobre el mismo tema, Martín asegura que ninguna de las casi medio centenar que ha realizado son iguales, ya que siempre busca matices que las distingan para que quien pueda estar interesado en ellas disfrute de una composición exclusiva.
“Mi manera de expresarme es pintar, no pienso cual va a ser el final de cada trabajo, solamente me dejo llevar con la emoción del momento, porque el optimismo que transmiten es algo que necesito venderme a mi misma todos los días”, asegura. De este modo, la pintura se antoja como una terapia para superar los malos momentos , porque “en lo que estoy dando colores no estoy dándole vueltas a la situación, ni estoy pendiente de los informativos, y me ayuda mucho emocionalmente”.
Las primeras obras fueron para sus hijos, pero espoleada por la buena acogida entre familiares y amigos próximos, decidió lanzarse a la aventura de poder exhibir su obra y tratar de “seducir” a algunos establecimientos para que se expongan y se intenten vender. Así, ya pueden verse en la tienda ‘Vaya Cuadro’ (C/ Teniente Ochoa nª 2), en Kharolos Viajes (Vía Roma, 24) y en el Pub ‘Distinto’ en el barrio de Nueva Segovia, y a partir del próximo mes de abril se expondrán en el Bar Santana de la calle de los bares, donde están a disposición del público interesado a un precio de 20 euros.
Nuria Martín no niega que el fin último de exponer sus obras es el de venderlas, ya que asegura que pueden ser “un buen regalo” para decorar algún rincón del hogar, pero supedita lo personal a lo crematístico. “Lo más importante es sentir que Nuria vale para algo, y de hecho inicialmente pensé en regalarlos, pero hubo gente que me motivó a poder ir más allá y venderlos”, asegura.
Con sólo tres meses dedicada al arte, ya ha conseguido producir cerca de medio centenar de obras, que están teniendo una positiva aceptación por parte del público, que destaca la positividad que transmite su obra. Aunque aún es pronto para pensar en la posibilidad de dedicarse de forma profesional al arte, Nuria Martín señala que su vocación “siempre ha sido la pintura y la decoración, y lo llevo haciendo muchos años, y creo que en otra vida he debido ser decoradora”.
