Cualquier ley que se presenta en el Congreso de los Diputados para su estudio, debate y votación, si es del gobierno, debe de ir acompañada por los informes pertinentes de organismos nacionales, instituciones y organizaciones sociales y profesionales competentes, es decir de los antecedentes necesarios para poder pronunciarse.
Si la iniciativa de la Ley es de los grupos de la oposición, estos informes se aportan con posterioridad en el Congreso, oyendo y escuchado a todos los sectores afectados y a la sociedad en general.
Pero en la Ley de Eutanasia se ha dado una situación muy peligrosa, vomitiva diría, promovida y dirigida por el gobierno socialcomunista de Sánchez y sus socios, impidiendo las reuniones en el Congreso con todos los sectores que tenían algo o mucho decir, con las organizaciones médicas, bioéticas, e internacionales, para saber y conocer su opinión, evitando informes y sin poder escuchar en el Congreso a la sociedad civil.
«Con esta Ley de la eutanasia, no habrá los cuidados paliativos en España que debiera y nos convertirá en un país de turismo eutanásico»
Aprobar una Ley de forma ‘exprés’, que habla de la vida y de la muerte por la que todos tenemos que pasar, sin querer oír a la sociedad y a los profesionales médicos, en unos momentos como los que estamos pasando, sin demanda social y cuándo tantas instituciones, organizaciones o asociaciones de todo tipo de la sociedad pedían no aprobarla y que se parara, es una locura y de una amoralidad absoluta de algunos e inmoralidad de otros.
Con esta Ley de la eutanasia, no habrá los cuidados paliativos en España que debiera y nos convertirá en un país de turismo eutanásico. Empujar a las personas más vulnerables de nuestra sociedad a la eutanasia, es un vergonzoso acto de abandono social, y apostar directamente por su muerte y no por la compañía, el cuidado, el cariño y el apoyo espiritual, una degradación del verdadero Estado del Bienestar.
Podrán decir que esto es una muerte natural y que tenemos derecho a una muerte digna, pero nunca dejara de ser una muerte provocada. Hoy, muchos diputados del Congreso han decidido renunciar a la defensa de los más necesitados, cuando se debería construir una sociedad dónde al más débil se le proteja, dónde se luche por todas las vidas y dónde al enfermo se le ofrezca el alivio, escucha, afecto y la mejor medicina posible, que le evite cualquier tipo de dolor, pero no directamente la muerte.
Y hoy especialmente me acuerdo de nuestro querido amigo José Luis, que se nos ha ido sin darnos cuenta, y qué como dice otro amigo, “espero que esté ya conviviendo con Dios y con la gente con la que en la tierra no supimos disfrutar de los tesoros que esconde la verdadera amistad” . D.E.P
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(*) Diputado del PP por Segovia.
