Los últimos días han supuesto tantos impactos políticos que quizás si no paramos unos minutos a recapacitar, no interioricemos con rigor lo sucedido.
La democracia marca como requisito el respeto a la voluntad de la ciudadanía, el respeto a la posibilidad de acuerdos entre dos o más formaciones políticas para conseguir una mayoría que conforme un gobierno y también asumir que dentro de las negociaciones en una legislatura se pueden conformar otras mayorías y por lo tanto debatirse mociones de censura. Pues bien, después de ver como se presenta una moción de censura en Murcia, mediante un acuerdo de PSOE y Cs, a la luz de todos hemos asistido a un ejemplo de compra de voluntades, de “transfuguismo político” y por tanto de “corrupción democrática”, y una vez más pertrechada por el PP. Siempre utilizando lo más oscuro para ostentar poder. Por cierto en Segovia y Castilla y León, el PP lo ampara también. No abrieron la boca todavía. ¡Penoso!.
«El análisis encamina a pensar que están ante su última oportunidad, si quieren seguir pintando algo en el futuro»
Si no era poco, lo sucedido en Madrid, con un adelanto electoral del PP en estado de alarma, para intentar eliminar del mapa a Ciudadanos y pretender torcer y tergiversar la realidad, hablando de libertad en contraposición a Socialismo, no deja de ser un insulto a miles de represaliados y millones de personas que han comprobado quien siempre ha restringido la libertad, y tiene a sus espaldas episodios trágicos contra la misma, es la derecha y la ultraderecha. El “trumpismo político” ha contagiado al PP, y Casado se ve arrastrado como “títere sin cabeza” y la mejor respuesta en las urnas es enviarles a la oposición como en EEUU hizo Biden, aquí lo hará Gabilondo. Por cierto, la salida de Iglesias del Gobierno, para ser candidato en la Comunidad de Madrid, es llamativa, respetable y quizás obedece a pérdida de apoyos electorales, pero deja huérfanos y descolocados a los simplistas.
Pero el episodio, en términos de análisis político más interesante, se produce en la esfera de Cs, un partido que se creó en Cataluña pero que ahora casi desapareció allí, que pudo sorpasar al PP en abril de 2019, que quería aglutinar un amplio espectro y se presentaba como adalid de la regeneración, de la limpieza, etc. pero acabó apoyando al PP sin darse cuenta que les afectaría la foto de Colón con la ultraderecha y el cordón sanitario al PSOE. La gente no vota copia, elige original.
El análisis encamina a pensar que están ante su última oportunidad, si quieren seguir pintando algo en el futuro, deben alejarse del PP, forjar un discurso diferenciado, combatir la corrupción de un partido, que verá en pocos días a sus dos ex – presidentes del Gobierno declarando ante la justicia, o a toda la cúpula de la Consejería de Economía de la Junta de CyL imputada, condenado un ex vicepresidente como Jesús Merino, etc. etc. Ese escenario le pueden empezar a dibujar apoyando la moción de censura del PSOE en las Cortes de Castilla y León, de la semana próxima. Si quieren tener credibilidad con lo que prometieron a la ciudadanía, no tienen otra opción. Seguro que el marcaje, y la compra de voluntades está a flor de piel, pero claro, para los que la practican siempre. La última oportunidad, tiene un solo camino, si reflexionan y recuerdan al CDS lo verán claro.
——
(*) Diputado Nacional del PSOE por Segovia.
