La historia de los grandes descubrimientos comienza a veces por un hecho casual que excita la curiosidad investigadora de los estudiosos, capaces de interpretar casos o circunstancias aparentemente inocuas como rastros a seguir a la hora de ampliar conocimientos sobre un determinado asunto.
Este es el caso del historiador local Francisco Javier Mosácula, que ha conseguido desentrañar una de las pequeñas historias de la Casa Consistorial que identificaba los dos cuadros que flanquean la entrada de la «Sala Blanca» como el matrimonio Llovet, que vendió al municipio el inmueble que permitió la ampliación del primer edificio municipal a principios del siglo XX.
Como cicerone e introductor de la primera de las visitas guiadas organizadas por la Concejalía de Patrimonio con motivo de la conmemoración del 25 aniversario de la declaración de Segovia como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, Mosácula cuestionó la identificación de los cuadros pintados por el artista malagueño Enrique Simonet, y aventuró la posibilidad de que fueran los Condes de Alpuente los que figuran retratados en los cuadros.
La aparición de un reportaje en EL ADELANTADO sobre la visita reavivó de nuevo el debate sobre la identidad de los retratos, lo que llevó a Mosácula a intensificar sus esfuerzos por descubrirlos. En una visita al Archivo Municipal, el historiador segoviano buscó referencias documentales sobre la imagen del conde de Alpuente, y el único retrato existente le representaba con uniforme militar.
Los rasgos físicos del retrato del varón le llevaron casualmente a identificarle con el escultor segoviano Aniceto Marinas, del cual encontró la referencia documental de dos cuadros pintados por Simonet del escultor segoviano y su esposa que fueron donados en 1970 por un sobrino del autor al Ayuntamiento de Segovia.
Tras comprobar la documentación encontrada, que incluía el acta notarial de cesión al municipio segoviano en la que se define perfectamente los dos cuadros, Mosácula asegura que «no hay ninguna duda» sobre la identidad de los retratos, lo cual desactiva cualquier otra interpretación.
Esta pequeña historia se sumará a otras pequeñas historias sobre la Casa Consistorial que Francisco Javier Mosácula publicará próximamente en la próxima revista de la Asociación Cultural «Plaza Mayor», que verá la luz presumiblemente después del verano.