Este columnista ya se ha cansado de predicar en un desierto muy extenso. Entre otras columnas, en las de un 4 de enero de 2017 y un 5 de diciembre de 2019, puso en evidencia la falta de luz en el estadio municipal de La Albuera; sin embargo, parece que clamar en este desierto no puede ser oído; porque, quien tiene orejas, está sordo, o ¿no tiene orejas?
Este aficionado, sabiendo cómo están las arcas del consistorio, que no tiene ni para migas de patatas -como las vendían antiguamente- comprende, relativamente, que no haya peculios para hacer los fondos del estadio, renovación de vestuarios y otras obras que pudieran resultar carillas; sin embargo, subir dos o tres metros las columnas de los focos y aumentar en algunos elementos focales la iluminación, no creo que sea un agravio económico que lleve a la bancarrota.
El ascenso de la Gimnástica Segoviana C.F. a Segunda División B está muy cerca, y la certeza de que jugaremos la próxima edición de la Copa del Rey también. Es, por tanto, muy factible que algunos encuentros puedan ser televisados, lo que redundaría muy favorablemente en la economía del club segoviano. Un acicate importante después de lo que estamos pasando con las restricciones pandémicas.
Todo lo anterior solo nos lleva a una conclusión: si quieren ayudar ¡ayuden! Ayuden para que se puedan retransmitir por televisión los partidos de la Sego, y que los sufridos espectadores no tengan que llevar al estadio de La Albuera gorras con visera para poder visionar los encuentros sin ser deslumbrados por los haces de luces mal situadas. No es por nada, solo es por el diagnóstico actual: ‘cegarrutos’ de por vida.
