Antes de la irrupción del Coronavirus, Segovia veía cómo famosas firmas de moda expulsaban a los dueños del pequeño comercio tradicional. Se implantaban marcas de reconocidas franquicias. Primero en la calle Real y Avenida del Acueducto, y luego en otras zonas. Con la desaparición del turismo hace un año, las calles más comerciales languidecieron y han bajado la persiana muchos negocios. Los carteles que anuncian alquiler y venta están en uno de cada tres locales a pie de calle. Las compras on-line y la desaparición del turismo amenazan la continuidad de gran parte del sector. Con lógica, las asociaciones de comerciantes piden ayuda a las administraciones y a los consumidores.
Muchos aguantan como pueden el envite, otros esperan o tiran de créditos y ahorro. Y los menos buscan alternativas. Es el caso de Francisco Romero. Empezó trabajando en la venta al por mayor. Tenía ilusión por abrir su tienda de moda en la Calle Real. “Soy un enamorado de Segovia, y del comercio de proximidad”, dice. Pero el encarecimiento desmesurado de los alquileres le llevaron a buscar otros emplazamientos. Así, hace cinco años abrió su primera tienda de lencería y moda de hogar en José Zorrilla.
Ahora se ha mudado a un nuevo local, más amplio en el número 103 de esta avenida. Y en estos meses además ha ido expandiéndose, utilizando el modelo franquiciador de las grandes firmas, a localidades como Valladolid, Burgos, León, Aranda de Duero, Ávila, Salamanca, Albacete, Guadalajara, Madrid, Fuenlabrada, San Sebastián de los Reyes o Torrejón de Ardoz. Comenzó trabajando con su esposa, Encarnación Blanco, pero hoy todas las franquicias suponen medio centenar de puestos de trabajo. A la vez que crecía en plena crisis, ha estandarizado su modelo de negocio. “Hemos dado una imagen más moderna y homogénea, con una apuesta por la mejor relación calidad/precio ya que la situación no está para marcas caras”, afirma este empresario.
No teme a los grandes como Amazon y al comercio on-line. “La gente quiere ver y tocar las cosas que se va a comprar”, añade, y reconoce que siempre ha sido un poco lanzado: “No me pienso las cosas mucho, eso es verdad”.
Mantiene que las medidas anticovid no se lo han puesto fácil al pequeño comercio: “cierres obligados, aforos limitados, desinfecciones y cuarentenas… Pero vamos saliendo adelante, con mucho trabajo y esperando que mejore la situación”, explica.
Porque también se abren oportunidades: “Ahora los locales son más baratos, y los bancos dan más facilidades, con cláusulas que prevén medidas ante cierres obligados. Hay aspectos que compensan a la hora de poner en marcha un negocio”. “Abrir ahora es más fácil que cuando lo hice hace cuatro años”, dice recordando sus inicios.
“La verdad es que tenemos muchas solicitudes para abrir en otros puntos de España, pero tenemos que ir paso a paso”, puntualiza este franquiciador Made in Segovia.
