Después de que el pasado mes de junio el presidente de EEUU, Barack Obama, anunciase la intención de su Gobierno de enviar armas a los opositores al régimen sirio, durante estas semanas el Congreso estadounidense ha paralizado cualquier ademán de cumplir con ese suministro. Hasta ayer, cuando el Comité de Inteligencia de la Cámara dio luz verde al jefe del Ejecutivo para que proceda a la entrega de material a los grupos rebeldes, a pesar de la preocupación expresada por Washington de que el armamento caiga en manos de las milicias radicales presentes en el país.
«Creemos que estamos en posición de que la Administración avance», señaló el presidente del Comité, Mike Rogers. «Es importante destacar que sigue habiendo firmes reservas», agregó, si bien subrayó que «hay consenso en que se puede avanzar en la entrega de armas a pesar de las mismas».
La decisión se produce en el marco de las críticas formuladas por los comandantes insurgentes por lo que consideran un fracaso por parte de los países occidentales y árabes a la hora de cumplir su compromiso en el envío de apoyo militar avanzado.
Los grupos opositores sirios se quejan de una gran falta de equilibrio en los enfrentamientos sobre el terreno debido al armamento gubernamental y al respaldo de Hezbolá, que combate en varios puntos del país del lado de las fuerzas de Bachar al Asad.
En el último mes, el Ejército sirio ha retomado el control de 30 localidades, lo que ha llevado a los opositores a reclamar urgentemente la entrega de más apoyo militar. Sin embargo, los Estados que respaldan las aspiraciones de los grupos armados se han mostrado reticentes en las últimas semanas debido al creciente peso de las milicias radicales islamistas, algunas vinculadas a Al Qaeda, en la lucha contra el Gobierno.
Por otro lado, el jefe del Estado Mayor estadounidense, Martin Dempsey, presentó en una carta enviada al Senado los escenarios posibles para una intervención militar en Siria, contemplando los riesgos y el coste esperado.
Las opciones en la lucha contra el régimen de Al Asad van desde la formación del Ejército rebelde hasta un ataque militar contra objetivos concretos, pasando por la imposición de una zona de exclusión aérea. La semana previa, Dempsey desató especulaciones durante una comparecencia en el Congreso en la que habló de una posible intervención militar estadounidense en Siria.
