Cuando llegó la crisis de 2008 nos dijeron desde el Ayuntamiento que se paralizaban proyectos e inversiones y que no se creaba suelo industrial porque estaba todo muy parado. En los doce años siguientes no se desarrolló ni un solo metro cuadrado de suelo industrial. Cuando comenzó el remonte de la crisis hemos visto cómo nos han sobrevolado las oportunidades y diferentes empresas se han instalado en pueblos de los alrededores. Es una buena lección para el presente.
La actual decadencia puede ahondarse más aún cuando empecemos a sufrir la segunda ola de efectos de la pandemia en el aspecto económico, social y laboral. En esta ocasión llegarán ayudas, llegarán millones de euros para revitalizar la economía en condiciones y tipos de proyectos determinados.
Esta semana hemos recibido una buena señal con la previsión de inversiones en algunas calles del casco histórico. Forman parte de un patrimonio que debemos recuperar y revitalizar para que se convierta en un activo de cara a nuestro futuro. Nos contemplan bastantes edificaciones, públicas o privadas, llenas de posibilidades, esperando proyectos imaginativos que las doten de sentido en el siglo XXI. Iglesia de San Francisco, Convento de Sta. Ana, la Trinidad o San Basilio, Paneras del Duque, Casas de los Maestros, casas vacías del casco histórico, Urbanización frente al Castillo, Polígonos por desarrollar… Solo pedimos que cuando avisen que llegan los millones, ya nos pillen trabajando en los diferentes proyectos.
Jesús Eloy García
