Los hosteleros segovianos volvieron ayer a salir a la calle para protestar por la situación que atraviesan cuando se cumplen casi seis meses desde que se ordenó el cierre de sus negocios o con limitaciones muy drásticas.
La manifestación de ayer tuvo lugar de nuevo frente a la Delegación de la Junta en Castilla y León, como forma de protesta por la ampliación de las restricciones otras dos semanas.
En principio iban a hacerlo frente a la Diputación, pero decidieron cambiar el lugar.
Al igual que en Segovia, el sector hostelero protagonizó manifestaciones en el resto de ciudades de Castilla y León, siguiendo así su campaña denominada ‘Nos hacen pagar los platos rotos’.
El colectivo ha presentado una serie de reclamaciones que se centran en ayudas directas, exenciones fiscales y la ampliación horaria con la reapertura en los interiores de los locales.
Por otra parte, los hosteleros han comenzado a registrar demandas judiciales contra la administración autonómica para reclamar el lucro cesante derivado del toque de queda decretado a las 20 horas desde mediados del pasado enero, y que el Tribunal Supremo anuló como medida cautelar la semana pasada.
En este sentido, el presidente de Hotuse, la patronal de Segovia, Jesús Castellanos dijo que se esperan miles de demandas, que pueden suponer a la Administración un importante monto económico.
En Segovia fueron unas 150 las personas que se reunieron frente la Delegación Territorial donde el presidente de la asociación Hostelería y Turismo, Jesús Castellanos, afirmó que es el Gobierno regional el que les está «destrozando» al prolongar las medidas restrictivas y la imposibilidad de desarrollar su actividad. «Tienen muy fácil su misión: que copien a Madrid, queremos una Ayuso aquí con nosotros y no la tenemos. Tenemos gente que toma decisiones de manera arbitraria y a 50 kilómetros están los bares y restaurantes llenos y los contagios igual que aquí, nos están engañando», manifestó.
En declaraciones a los medios, preguntado por el aumento de crispación entre los manifestantes, quienes lanzaron gritos y algún insulto, Castellanos explicó que la situación es límite «cuando te estás jugando el pan tuyo y el de tu familia».
Reivindicaciones
En un manifiesto, los hosteleros aseguran que resulta de vital importancia, permitir la apertura de interiores y ampliar el horario de las actividades no esenciales «con el fin de poder controlar los comportamientos de los ciudadanos durante el mayor tiempo posible y evitar la ruina económica de nuestra comunidad autónoma».
«Proponemos una compensación económica en concepto de ayudas directas, ágiles en forma y pago puesto que está en riesgo la supervivencia de todas las empresas», añaden en sus reivindicaciones.
«Necesitamos trabajar, y lo necesitamos ya. Necesitamos ayudas directas, no más promesas vacías. Y necesitamos que realicen un análisis profundo, reflexivo y autocrítico de su actuación para con nuestro sector y toda su cadena de valor. Y, una vez que lo hayan realizado, asuman sin más dilación sus propias responsabilidades políticas».
Mientras, desde la Confederación Regional de Asociaciones de Hostelería y Turismo de Castilla y León, su presidente, Fernando de la Varga, también dijo que el cierre de la hostelería «favorece los encuentros sociales en domicilios y fiestas privadas con mucho mayor riesgo para los contagios». «No existe un patrón de relación entre las medidas restrictivas de la hostelería y la evolución de los datos sanitarios», señaló.
En este tercer martes consecutivo, los hosteleros de toda Castilla y León han pedido la dimisión del viceconsejero de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, así como de la consejera de Sanidad, Verónica Casado. «Creemos que no nos merecemos el trato que se está dando a la hostelería. Se nos está tachando de ser un poco los culpables de cuando hay brotes. Creemos que tenemos que estar ya abiertos y reclamamos lo que nos pertenece: ayudas y poder trabajar», manifestaron.
