Ayer domingo se dilucidó quién es el ganador de las elecciones en Cataluña. Unas elecciones marcadas por el acoso, la violencia y la instigación a los actos de VOX.
Recordar el acto del pasado día 6 de febrero en VIC, donde VOX sufrió el lanzamiento de piedras, huevos y petardos, y en la que doce personas fueron atendidas, y una de ellas trasladada al hospital. Además todavía permanece en nuestras retinas la huída de la caravana de VOX por las calles de Vic, donde un individuo encaramado a una de las furgonetas de la comitiva, golpeaba violentamente el vehículo, y como otro lanzaba una señal al frontal de la furgoneta, dañando el parachoques del vehículo. Actos de verdadero terrorismo callejero donde se vulneraron los artículos 20 y 21 de la Carta Magna, donde la libertad de expresión y de reunión pacífica quedaron en entredicho.
Por ello la Junta Electoral Central ha dado razón a VOX sobre los actos de violencia en la campaña de Cataluña.
Y todo esto sucede contra los actos de VOX, que viene a recuperar una Cataluña que debido a las concesiones recibidas durante años, está secuestrada por el independentismo, la marginación, la violencia en las calles, la inmigración descontrolada y la islamización de Cataluña. Para ello conviene recordar, cómo en TV3 una ex diputada de la formación antisistema de la CUP, Mireia Boya ha instado al separatismo radical a recibir “a pedradas” a los dirigentes y candidatos de VOX en los mítines de las elecciones de Cataluña, y lo dicen aquellos que son los herederos de Terra Lliure.
O, cómo Arnaldo Otegui era recibido por los independentistas de ERC, luciendo un lazo amarillo a favor del separatismo e independentismo catalán, como si de un mesías se tratara.
O, cómo el grupo parlamentario de JXCAT, coloca como candidata a Laura Borrás imputada por el Tribunal Supremo por malversación, fraude, falsedad y prevaricación, sin olvidar los actos del 1 de octubre en Cataluña con la declaración de independencia por el exiliado Puigdemont.
O, cómo el líder de Podemos invitaba después de los resultados de Andalucía con su “alerta antifascista” a atacar todos los actos de VOX, como sucedieron en Segovia, en los actos de Javier Ortega y Rocío Monasterio en los meses de enero y abril de 2019.
O, cómo en el denominado ‘pacto del Majestic’ en 1996 firmado por Aznar y Pujol, supuso la expulsión de la Guardia Civil de las carreteras de Cataluña, suprimió el servicio obligatorio y los gobernadores civiles y se llevó la prima de acceso a los canales TDT antes que otras regiones.
O, cómo el partido socialista con José Luis Rodríguez Zapatero regaló el estatuto de autonomía en Cataluña, y Sánchez firmó el famoso pacto de Pedralbes con el inhabilitado Torra, con 21 puntos entre los que se incluía el reconocimiento a la autodeterminación de Cataluña.
O, cómo C´S después de que ganara las elecciones de Cataluña en 2017, con su líder Inés Arrimadas, manifestara su intención de ser la nueva presidenta de la Generalidad, abandonando a los catalanes, para dar el salto a la política nacional.
Por eso nos atacan, porque no somos como ellos, somos diferentes, y no es que VOX esté solo, es que sólo queda VOX.
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(*) Diputado nacional por VOX en Segovia
