La iniciativa ‘Pueblos Madrina’ ofrece una nueva vida y esperanza a las familias más vulnerable con hijos, que no pueden sobrevivir en las grandes ciudades. El proyecto se inició hace 16 años de la mano de la Fundación Madrina, para ayudar a familias que se encuentran en situación de calle o de desahucio en grandes ciudades como Madrid. En la actualidad, este proyecto realoja hasta tres familias y quince niños cada semana en zonas rurales, con perfiles de familias inmigrantes y españolas, siendo ésta última la tendencia acelerada tras el inicio de la pandemia.
Se han repoblado familias en pueblos de la España Vacía, en comunidades como Castilla y León y Extremadura. Esta iniciativa también ha recalado en la provincia de Segovia, concretamente en Bernuy de Porreros, donde una familia de tres miembros ha vivido durante tres años en un entorno rural como el de esta localidad segoviana. La experiencia se acabó recientemente, al surgir una posibilidad laboral en la provincia de Valladolid, adonde se han desplazado. Pero, el proyecto continúa, y la provincia de Segovia es uno de los destinos con los que trabaja la Fundación Madrina.
Las familias con hijos a cargo y las madres gestantes presentan la mayor vulnerabilidad, careciendo de posibilidades de empleabilidad o de acceso a un hogar. La experiencia de la Fundación Madrina indica que la infancia y juventud son las más perjudicadas por la falta de hogar de sus familias, ya que esta presión permanente de desahucio unido a condiciones inhumanas de convivencia en los hogares donde se hacinan los miembros de una misma familia en una habitación u hogar, les genera “estrés”, enfermedades y “fracaso escolar”. Se comprueba por el contrario que estos mismos niños, cuando van con su familia al entorno rural son más felices, desapareciendo el estrés y mejorando las calificaciones escolares, convenciendo a los padres de la bondad de vivir en un hogar en una zona rural.
El proyecto de ‘Pueblos Madrina’ busca paliar este problema con la ayuda de sus “madrinas rastreadoras”, que hablan con párrocos, maestras y alcaldes de pequeños pueblos, menores de 4.000 habitantes normalmente y con problemas de envejecimiento. Algunas de las familias realojadas cuentan con hasta seis o nueve hijos, que difícilmente pueden sobrevivir en las grandes ciudades. Los pueblos brindan alojamiento gratuito hasta que encuentren trabajo.
Otro aspecto positivo del proyecto ‘Pueblos Madrina’ es que dan vida a los pueblos, que les permite mantener abiertos los colegios y servicios relacionados de zonas rurales, donde la escasez de alumnos y despoblación les obliga a cerrar en numerosas ocasiones.
Hasta la fecha, Fundación Madrina ha ayudado a salir de las grandes urbes y a comenzar una nueva vida en las zonas rurales a más de 300 familias y mujeres, y a más de 1.000 niños menores de 3 años. Mientras, otras 500 familias aguardan su turno en una lista de espera para su realojo que no para de crecer. Además, la Fundación está trabajando para poder abrir nuevos alojamientos en otros pueblos del resto de España y de Portugal.
‘Pueblos Madrina’, un proyecto que beneficia a ambas partes, a las familias desahuciadas que encuentran un lugar donde vivir, y también al pueblo donde se trasladan, que incrementa su población, y sobre todo la infantil.
