España, después del aviso que supuso perder contra Lituania en Kaunas, volvió ayer al camino de la victoria con un triunfo en Málaga frente a Eslovenia (73-61), un conjunto que dio buenas sensaciones y demostró estar capacitado para hacerse notar en el Europeo. El conjunto de Sergio Scariolo volvió a mostrar sus virtudes, poderío en el rebote con los hermanos Gasol, Ibaka y Reyes, aunque también algunos defectos, como las lagunas defensivas. La selección nacional regresaba a la capital andaluza después de muchos años y lo hizo a lo grande, con un gran espectáculo, aunque le costó coger el ritmo que necesitaba para vencer a un duro rival como el combinado esloveno, dirigido por un viejo conocido de la afición anfitriona, Bozidar Maljkovic.
El cuadro local estuvo muy espeso en el primer cuarto, cometió muchos errores desde la línea de personales y Pau Gasol no encontró su sitio. Pasaron muchos minutos y con la entrada de Marc Gasol la defensa fue mucho más agresiva, lo que descongestionó el ataque y dejó cinco minutos sin anotar a los eslovenos. Las rotaciones españolas fueron sellando el triunfo basado en la mayor calidad general del bloque. Hubo un momento complicado en el tercer período (40-37, m. 24) por un bajón físico, pero lo enmendó Pau Gasol. En el último tramo, los hombres de Scariolo no tuvieron piedad de su rival y Calderón brilló desde el perímetro.
