Los mayores de 80 años de edad son las principales víctimas de la enfermedad que está condicionando la vida de todo el mundo. Se trata del grupo de edad más vulnerable y sobre el que más se ceba el virus. Según los datos más recientes que facilita la Junta de Castilla y León, en Segovia han fallecido 810 personas, de las que 625 habían superado los 80 años.
En todo caso, los más jóvenes tampoco son ajenos a la posibilidad de sufrir un trágico resultado con un contagio de Covid. En Segovia han fallecido por esta patología 8 personas de menos de 50 años. Y 20 tenían entre 50 y 60 años.
Con edades entre los 70 y 79 años han fallecido 109 segovianos (79 hombres y 30 mujeres). Esta diferencia entre sexos es otra de las características de la pandemia, pues ataca mas ferozmente a los varones, como se comprueba en todas las franjas de edad. Sólo en los octogenarios se invierte el dato, pero es debido a que hay más ancianas que ancianos. Por comarcas sanitarias, Segovia Rural es la que en términos absolutos contabiliza más óbitos, aunque también es la que más tarjetas agrupa.
A pesar de que la dura actualidad se centra en las frías cifras de brotes y de fallecimientos, el virus también genera otros efectos y deja secuelas en muchos enfermos. De hecho, la mayoría de pacientes con Covid que desarrollan enfermedad grave y requieren ser hospitalizados siguen sufriendo secuelas de la infección seis meses después de haber recibido el alta. Fatiga, debilidad muscular y dificultades para conciliar el sueño son los síntomas más comunes que padecen, según los médicos.
Científicos chinos han seguido durante medio año a personas en Wuhan, el epicentro chino de la pandemia, que requirieron ser ingresadas durante la primera ola, y han visto que tres de cada cuatro tenían al menos un problema de salud derivado de la infección por SARS-CoV-2 medio año más tarde. Ahora se está comenzando a saber realmente cuáles son las secuelas del Covid-19. Se han observado problemas de salud persistentes, en particular fatiga y dificultad para respirar. Pero también aparecen, entre pacientes recuperados, dolores y molestias musculares, así como falta de concentración y memoria. Si bien muchos pacientes pierden el sentido del gusto y el olfato cuando inicialmente no se encuentran bien, esto tiende a recuperarse con el tiempo. Estos efectos secundarios se repiten en pacientes en España. “A los tres meses del alta, cerca de la mitad de los pacientes siguen con síntomas y el más frecuente es la disnea, la sensación de falta de aire”, asegura Jaime Signes-Costa, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Valencia.
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