La Junta de Castilla y León mantiene su decisión de adelantar el toque de queda a las 20 horas a pesar de que el Ministerio de Sanidad ha avisado que en el marco del actual decreto de estado de alarma no cabe la posibilidad de que una comunidad autónoma adopte esta medida.
El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, anunciaba ayer al mediodía en rueda de prensa nuevas restricciones a aplicar a partir de este sábado a las ocho de la noche: adelanto de la hora del toque de queda, cierre provincial, limitación de las reuniones a cuatro personas y reducción de aforos en los cultos. Una hora después el Ministerio de Sanidad a través de la delegación del Gobierno en Castilla y León comunicaba que “no tenía cabida” la variación del toque de queda en la normativa vigente pero por la tarde la Junta se ratificaba en su decisión. El Ejecutivo regional manifestaba en un comunicado que “como autoridad delegada competente”, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, había firmado ya el acuerdo que se publicará hoy en el Boletín Oficial de Castilla y León y entrará en vigor a las 20 horas del sábado 16 de enero.
Según un informe de los Servicios Jurídicos de la administración autonómica, esta decisión la avala el artículo 10 del Real Decreto 956/2020 de 3 noviembre. Al autorizar la prórroga del estado de alarma, se acuerda la modificación de este artículo, permitiendo “modular, flexibilizar y suspender” la limitación de la libertad de circulación de las personas siempre que sea en horario nocturno. “Modular es modificar los factores que intervienen en un proceso para obtener distintos resultados. Por tanto, con esta previsión el Real Decreto 956/2020 permite que la autoridad delegada restrinja los criterios de limitación de la libertad de circulación de las personas en horario nocturno, buscando obtener una mejora de la situación sanitaria”, argumenta la Junta. El Gobierno regional sostiene queAsí, Alfonso Fernández Mañueco, como autoridad delegada en Castilla y León, tras la prórroga del actual estado de alarma, tiene la facultad de ampliar o restringir dicha libertad en horario nocturno”. Según explicó Igea el horario nocturno va desde el ocaso hasta el amanecer, “y el ocaso en este momento es a las 20.00 horas”.
Medidas
Los responsables de la Junta aseguran que las nuevas medidas se han adoptado tras consultar a expertos sanitarios y epidemiológicos, con el aval de los servicios jurídicos de la Junta, después de haber mantenido reuniones con alcaldes, presidentes de diputación y portavoces parlamentarios, la Junta de Castilla y León, y con la finalidad de frenar el vertiginoso aumento de contagios e incidencia acumulada, que se ha multiplicado casi por 5 desde el 1 de enero en la comunidad. También precisan que las decisión se trasladó durante la mañana del viernes al ministro de Sanidad.
Así pues, la limitación de la libertad de circulación de las personas en horario nocturno será entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana. Durante este tramo horario las personas únicamente podrán circular por las vías o espacios público para la adquisición de medicamentos, productos sanitarios y otros bienes de primera necesidad; la asistencia a centros sanitarios y a centros de atención veterinaria por motivos de urgencia; obligaciones laborales, profesionales, empresariales, institucionales o legales; la asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables, así como la asistencia a la actividad lectiva presencial de los centros docentes.
Asimismo, a las 20 horas entrará en vigor la limitación de la entrada y salida de personas del territorio de cada una de las provincias de Castilla y León.
En tercer lugar, se limita las reuniones y encuentros en espacios públicos y privados a un número máximo de cuatro personas, salvo que se trate de convivientes, lo que se espera reduzca de manera muy significativa la movilidad e interacción social. En este sentido, también se reducirá en toda Castilla y León el aforo para las reuniones, celebraciones y encuentros religiosos, de manera que no se supere un tercio de su capacidad, con un máximo de 25 personas.
Estas medidas se evaluarán cada 15 días para garantizar su adecuación a la evolución de los indicadores de la pandemia.
