El Real Madrid se sobrepuso ayer a la temprana expulsión de Adán gracias a un doblete de Cristiano y los tantos de Khedira y Benzema, para derrotar a la Real Sociedad en la decimoctava jornada de la Liga, por lo que el conjunto blanco pone fin a la racha de dos jornadas sin vencer en la competición.
Un domingo soleado en el estadio de Chamartín, repleto de niños que contenían la respiración, hacía innecesarios los focos cuando Iglesias Villanueva hizo sonar su silbato. Antes ya se había escuchado el sonido del viento, cuando, por megafonía, nombraron a Mourinho, que no pisó el área técnica en todo el choque. Severa pitada del público que contrastó con la ovación que le dedicaron a Casillas.
Apenas hubo tiempo para que los dos equipos se miraran a la cara y tomaran contacto. La culpa fue de Khedira. El alemán encontró el hueco en la defensa para filtrar un balón a Benzema, que no desaprovechó su oportunidad. Pero el oscuro panorama no arrugó al equipo visitante. Tres minutos después, la zaga blanca cometió su primer error. Varane, Carvalho y Adán juguetearon en la zona y el balón acabó en los pies de Diego Ifrán, objeto de penalti del meta, que fue expulsado. El Bernabéu no supo si alegrarse, pues asomó sus guantes Casillas, que recibió la segunda ovación de la tarde al ingresar sustituyendo a Callejón.
Ese hechizo entre la afición y el capitán se esfumó cuando Prieto transformó la pena máxima (1-1). El gol otorgó un punto más de desparpajo a los vascos. Vela y Griezmann retaron a sus laterales en continuos ejercicios de velocidad.
Sin embargo, con el paso de los minutos, Ronaldo y Özil hicieron las primeras combinaciones y el partido se desbocó. De un córner botado por el germano, el balón llegó a la frontal del área. Allí esperaba Carvalho, quien golpeó a puerta. Khedira, uno de los hombres más ofensivos hasta el momento, desvió la trayectoria para anotar el segundo. De inmediato, Xabi Prieto aprovechó un rechace en el área para batir por segunda vez a Casillas y Benzema se encontró con el palo antes del descanso en un contragolpe.
Con los focos iluminando el rectángulo de juego, el Madrid salió en la segunda mitad en busca del triunfo. Quería los tres puntos y lo apostó todo. Benzema sirvió a Ronaldo, y éste se quedó solo ante Bravo para mandar el balón a la red disparando por bajo. El gol puso a tono al luso, convertido en el estilete de su equipo. De una falta que él mismo recibió, nació su segunda diana (4-2) y casi la sentencia a un encuentro muy animado.
La tónica hasta el final fue la misma, salvo por el gol de Xabi Prieto. El tercero. El capitán volvió a casa con un sabor agridulce y la sensación de que sus tres tantos se quedaron en nada.
De este modo, el Madrid aprovecha el tropiezo del Málaga para afianzarse en la tercera plaza. Sin embargo, como si se tratara de imágenes en blanco y negro, los donostiarras añoran la gesta que culminaron en el Santiago Bernabéu hace ocho años con una goleada (1-4). Deberán aguardar una temporada más.
