En la mañana del 22 de diciembre de 2000 no hay ‘smartphones’ y el sorteo de lotería se sigue en la Administración Nº 2 de Segovia, junto a la iglesia del Corpus Christi, por la radio. Rosa Martín e Irene Herrera están en el local en el momento en el que un par de voces agudas se entremezclan: el 49740, ‘El Gordo’. El número era uno de tantos que recibió la administración, pero llegó íntegro a sus manos y se vendió todo, sin cancelaciones. En un suspiro, inundaron Segovia de millones. “Nos dimos un abrazo, pero inmediatamente estaban aquí los medios de comunicación. Fue cuestión de segundos, no nos dio tiempo a reaccionar. Luego ya nos fuimos dando cuenta de que se había vendido entero… fue todo muy intenso y duró mucho tiempo”, subraya Herrera.
Fue uno de los últimos números en venderse, tanto en ventanilla como en establecimientos. “Según pasaban los minutos te ibas dando cuenta de a quién se lo habías vendido. Era mucha gente trabajadora y obrera a la que le vino muy bien. Gente a la que conoces. Gente que estaba con hipotecas o que trabajaba uno solo en casa y estaban saturados. Gente que se había quedado sin trabajo”. Irene no se quedó con ningún décimo: “Es muy difícil poder quedarte con un décimo de todo”. Y asume la circunstancia del lotero, ese reparto solidario sin esperanza de contrapartida. “Es muy bonito, ves alegría por todos los lados. Es nuestro trabajo, somos muy conscientes de ello”.
Dos décadas después, el número sobrevive. Aquellos cinco dígitos azarosos se convirtieron en una figura de veneración y la Administración Nº7, en la calle Gobernador Fernández Jiménez, se abonó al año siguiente. Lo juegan en todos los sorteos: sábados, El Niño, Navidad… Este año no lo tienen íntegro, pero disponen de una cantidad importante: 137 billetes. Y se venden siempre. “Sí que nos le piden. Y como hacen los 20 años, pues nos lo están pidiendo a ver si vuelve a tocar”, subraya Mari Cruz García. Más allá de alguna pedrea puntual, no ha tocado nada significativo con ese número. Nunca es tarde. De los 209 sorteos celebrados, se han repetido dos gordos: 15.640 y 20.297. En otras dos ocasiones fueron números consecutivos: 13.093 y 13.094, así como 53.452 y 53.453.
Hay cola
Pese a la incertidumbre en la campaña de este año, los clientes se agolpan en la Administración Nº7. Son las 16:30 horas, acaba de abrir y ya tiene cola. Un cliente gasta 120 euros y pide un número, el 62.182, que no está en máquina. Aunque El Gordo del año 2000 inundó Segovia, Mari Cruz no vio nada. “Nos pasó por delante”, sonríe. Su administración tiene más público local. “También cae algo de la gente de fuera, pero no tanto”.
Sin tiempo aún para cálculos, Mari Cruz explica las carencias de un año de pandemia. “Como turismo no ha habido y los bares han estado cerrados, es un año completamente distinto a los demás”. Su gran déficit en 2020 ha sido con las empresas, pues el cierre de la hostelería y las dificultades en otros sectores ha hecho que muchas empresas se muestren reticentes a vender lotería. Con todo, la venta al público funciona. “La verdad es que en ventanilla está yendo muy bien. Estamos teniendo mucho jaleo”. Eso sí, ha cambiado radicalmente el calendario ante las dificultades del mes anterior y el cierto alivio en las últimas semanas con la reapertura de algunos negocios. “Solemos tener más jaleo desde mediados de noviembre hasta el sorteo, pero este año ha sido al revés. Desde que llegamos hasta que nos vamos, no nos dejan en paz”. El optimismo de la provincia, que registra los mejores datos epidemiológicos de Castilla y León, ayuda.

Un puente aciago
Mientras tanto, el perfil de la Administración Nº2, en una de las principales arterias de la ciudad, depende más del turismo. “Este año no tiene nada que ver con otros. La gente sí compra, por la tradición y porque es Lotería de Navidad, pero en la zona que estamos si no hay turismo no hay color”, subraya Irene, que habla de un puente de la Constitución aciago. Esos días son un pico importante para un sector que empieza a vender Lotería de Navidad en julio pero pega un empujón en estas fechas. “Es importante porque son días muy arrimados al sorteo”.
La ausencia de turistas en los últimos meses deja una herida evidente. ”Sí se nota. Y bastante. Si no hay gente de fuera…. Cuando sales de vacaciones, te traes un décimo. Y mucha gente viene a esta administración porque tocó el gordo”. Entre el público local, el comportamiento en muy variado. “Hay de todo; gente que está en ERTE, en paro o gente mayor que ya no está o que no puede. La cosa sigue más o menos igual: la clientela que teníamos la estamos manteniendo”.
Las demandas están centradas en el año (terminación en 20), más otras en 13, 5 o 7. Mucha gente ha pedido en varias administraciones la fecha del confinamiento (14320), por el 14 de marzo, uno de los números que más rápido han volado. La lotería, ese invento de la Guerra de Independencia por el Ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciriaco González Carvajal, como “un medio para aumentar los ingresos del erario público sin un quebranto de los contribuyentes”. En tiempos aciagos, siempre queda la esperanza de transformar el drama en fortuna.
