Vienen a la cabeza mil tópicos acerca de la suerte. Que si hay que buscarla, que la suerte me pille trabajando… pues visto lo visto debemos estar buscando en el sitio equivocado , acertando únicamente el lugar perfecto para llenar cestas de níscalos. Respecto al trabajo es difícil que nos pille la suerte, por lo menos la buena; de la otra vamos sobrados.
Nos hemos familiarizado con test, termómetros, protocolos y mascarillas
Dicen que “una persona se olvida de su buena suerte al día siguiente, pero recuerda su mala suerte hasta el próximo año”. Discrepo, más en los momentos actuales, donde te das realmente cuenta de lo afortunado que eres de tener a tu lado esas personas que siguen creyendo que desde el deporte pueden cambiarse las cosas. Hemos tenido que priorizar objetivos y recursos. Nos hemos familiarizado con test, termómetros, protocolos y mascarillas. Hemos entrenado al aire libre, en el pabellón, con mascarilla, sin contacto, hoy si, mañana no, pasado ya veremos…
Este es el panorama y nos pasará factura. Seguimos adelante porque estamos convencidos que el deporte puede ayudar, y mucho. Hay gente muy válida en los clubes para canalizar esa energía y reinventar metodologías para llevarlo a cabo. No hablo de competir, eso es lo de menos, sino de hacer deporte cumpliendo minuciosamente cada requisito.
Ojalá pronto podamos a llevarlo a cabo y todos los equipos echen a rodar
Ojalá pronto podamos a llevarlo a cabo y todos los equipos echen a rodar. Mi comprensión, apoyo, reconocimiento y respeto a los que no han podido hacerlo. Por favor, ayuden a esos pequeños establecimientos que siempre han estado apoyando al deporte. Se me parte el alma cuando paso cada día por las puertas cerradas del Bar Gallego, que apostó por unos chicos del barrio para cumplir su sueño de jugar al fútbol sala. Necesitamos a todos. A ver si hay suerte…
