La paremia castellana es rica en refranes y proverbios. Uno viene que ni pintado a este caso: “Para este viaje no hacen falta alforjas”. No lo utilizó Cervantes entre los muchos de los que hizo uso, pero parece más que apropiado para analizar la medida de la Junta de Castilla y León sobre la hostelería, que estará vigente en Ávila y Segovia mañana viernes. La medida afecta también a las grandes superficies comerciales –con más de 2.500 metros cuadrados de superficie útil de venta- y a los espacios deportivos. Pero los efectos serán diferentes en una y otros, puesto que estos últimos se alimentan fundamentalmente de la demanda local y provincial, mientras que la hostelería necesita el aporte exterior, sobre todo las empresas de mayor dimensión.
Segovia, en cambio, quedará en nivel de alerta 4, y cerrada perimetralmente salvo con Ávila. Esta situación poco favorece a la gran hostelería que requiere al cliente foráneo, y en particular al madrileño. Se entiende que se restrinja la dinamicidad entre dos zonas sanitarias con distinta tasa de incidencia, pero no que se haga entre aquellas con semejantes índices, como pueden ser Segovia y Madrid. Nada mal estaría que se estableciera un corredor para que pudiera haber comunicación entre demarcaciones con parecida afección del Covid en esta segunda ola, aunque pertenezcan a distintas comunidades autónomas. La organización del territorio español debe proporcionar eficiencia, no restricciones cuya única lógica es la administrativa.
¿Serán susceptibles de bonificación total sus aportaciones a la Seguridad Social como cuando el cierre era obligatorio?
Como tantas veces durante esta pandemia, la iniciativa de la Junta puede acarrear, además, inseguridad jurídica laboral. Habrá a quien no le convenga abrir sus instalaciones en esta situación y pretenda que sus trabajadores sigan en ERTE por fuerza mayor, ahora llamada impedimento desde el RDL 30/2020. ¿Serán susceptibles de bonificación total sus aportaciones a la Seguridad Social como cuando el cierre era obligatorio? La duda reside en si el levantamiento de las medidas preventivas excepcionales que se producirá el viernes supone que el impedimento ha acabado o se considera que persisten las restricciones hasta el día 4 de diciembre, y salvo que se estas se prorroguen. La actual regulación laboral permite la inspección en años venideros, con lo que la incógnita del empresario sobre si ha interpretado bien la norma a la hora de acogerse a los beneficios le perseguirá todavía un tiempo.
La actual regulación laboral permite la inspección en años venideros
Nos parece muy adecuado que las administraciones públicas tomen las medidas oportunas desde el punto de vista sanitario, pero no es la única óptica que interviene en este caso, y por lo tanto deberían ponderar las consecuencias de todo tipo que cualquier iniciativa acarrea. Sobre todo cuando la normativa general poco ayuda a la toma de decisiones empresariales.