Un estudio del Departamento de Psiquiatría, Psicología Médica, Medicina Legal e Historia de la Ciencia de la Universidad de Salamanca (USAL) ha revelado que los adolescentes se cogen su primera borrachera cuando tienen 16 años y que se inician en el consumo de alcohol con solo 14 años.
El trabajo, cuyas conclusiones definitivas verán la luz a comienzos del próximo año, se confeccionó a partir de cerca de 1.000 encuestas realizadas entre universitarios de los campus de Salamanca y de Ávila, explicó el catedrático de Psiquiatría de la USAL Ginés Llorca y la colaboradora de la investigación y psicóloga clínica Beatriz Cabrejas.
Así, Llorca sostuvo que «no es extraño» que el departamento que dirige haya realizado la investigación titulada Consumo de alcohol en estudiantes universitarios, ya que, la vinculación con el colectivo Alcohólicos Anónimos se remonta a más de tres décadas.
El catedrático, que calificó de «fundamental» la relación entre los universitarios y el alcohol, mantuvo que las fórmulas de iniciarse a beber «han cambiado» en los últimos años.
Una situación que, en su opinión, se debe a «la incorporación de la mujer, a que ha disminuido la edad del inicio y porque en la actualidad, contrario a lo que sucedía antes, se organizan fiestas para beber y se hace a contrarreloj», aseguró.
En este sentido, recalcó que los adolescentes usan bebidas de alta graduación como combinados o licores de más de 40 grados para iniciarse en el alcohol, mientras que enépocas pasadas se hacía únicamente con «cerveza o vino». Asimismo, hizo hincapié en que «como la primera borrachera es con bebidas potentes es preciso saber qué va a pasar a lo largo del tiempo», a la par que señaló que del alcoholismo «se sabe casi todo, pero con los aspectos antiguos».
El informe, del que se desprende que la edad media de la primera borrachera se sitúa en torno a los 16 años y que los jóvenes se inician en el consumo del alcohol a los 14 años, según Beatriz Cabrejas, analiza también, en palabras del catedrático, cómo se inician los adolescentes. De este modo, se examinó «si es en compañía, si es con un grupo de amigos y si al mismo tiempo usan otras sustancias o mantienen relaciones sexuales», conclusiones que se harán públicas a principios del próximo año.
También, en esa misma fecha se conocerán las repercusiones en la familia, porque «hay muchos padres que o bien no conocen la ingesta alcohólica de sus hijos o bien no le dan una gran importancia».
Entre las principales motivaciones que llevan a los adolescentes a beber, Cabrejas apuntó «la curiosidad y el pasárselo bien».
Respecto al sexo de los adolescentes que beben, Llorca señaló que la proporción entre hombres y mujeres se está igualando y recordó que «la estructura interna de la mujer tiene unas características que aconsejan que no tengan mucha relación con la bebida.
