El CD La Granja hizo los deberes frente al Sporting Uxama, y logró una victoria revitalizante que le mantiene con todas las opciones intactas de liderar la clasificación.
La lógica clasificatoria indicaba que el conjunto soriano iba a llegar al campo de El Hospital con dos autobuses, uno para hacer el viaje, y otro para colocar bajo los palos de su portería. Así sucedió, y durante todo el primer tiempo el Uxama fue un frontón ante el que una y otra vez se estrellaba el lentísimo ataque local, en el que Adrián era el único que trataba de abrir el campo, mientras que el resto de sus compañeros no paraban de intentarlo por el centro.
La lluvia que cayó con fuerza en los primeros minutos de partido puso el campo muy rápido, pero este hecho no fue aprovechado por el conjunto local, que recibió el primer susto en el minuto 4, cuando Hugo se encontró solo ante Yiyo tras un error de Pluma, y su lanzamiento flojo se encontró con la gran respuesta del portero local.
Las ocasiones granjeñas no tardaron en llegar, con remates de Guy, César Bravo y Mario, pero con el paso de los minutos las oportunidades se fueron haciendo más escasas. El equipo de Luis Bartó parecía temeroso y falto de confianza en la presión, hasta que en una falta al borde del área, el árbitro se come una falta de Domingo al defensa, que no logra despejar el balón con contundencia. Mario, más solo que la una, empalmó con la izquierda el 1-0.
Parecía que lo más difícil, hacer saltar el muro soriano, ya estaba hecho, pero como el fútbol es imprevisible, algo bastante más difícil esperaba a los locales en el segundo tiempo. Una siesta de 15 minutos le costó al CD La Granja un balón al palo en contra, encajar el gol del empate, y recibir otra clara ocasión del Uxama fallada cuando lo más fácil era marcar. No fue de extrañar que algunos aficionados hicieran patente su malestar con la “caraja” de los locales.
Afortunadamente, los jugadores de Luis Bertó se despertaron a tiempo. Guy tapó las llegadas en segunda línea de Diego, y Chiqui cogió galones en el centro del campo, aunque su insistencia en dar siempre el último pase en lugar de buscar la mejor opción llegó a ser desesperante en ocasiones. Pero el “pecado” se perdonó cuando, en plena recuperación del equipo, recortó en la frontal y se sacó un punterazo a la escuadra que espantó de un plumazo todos los fantasmas de un nuevo empate. Con Iván y Bubi el equipo se hizo más ancho, justo lo que se necesitaba para generar más huecos en la tupida defensa visitante, y César Bravo hizo valer su esfuerzo haciendo el 3-1. Ya en el descuento, Guy rubricó la goleada.
