La diva del soul Amy Winehouse no consumió «sustancias ilegales» en los momentos previos a su muerte, según revelan los resultados de la autopsia que se realizaron a la cantante tras su muerte.
El cadáver de la británica fue encontrado en su casa de Londres el pasado 23 de julio y hasta el momento no se ha podido determinar la causa de la defunción, aunque se había especulado que fuera por sobredosis.
En un comunicado de la familia de Winehouse dado a conocer ayer se explica que «los resultados toxicológicos han confirmado que no había sustancias extrañas en el cuerpo de Amy cuando murió».
Los análisis, sin embargo, sí muestran la presencia de alcohol en su sangre, aunque no se ha podido determinar si fue una de las causas de su fallecimiento.
Su largo historial de problemas con los estupefacientes provocó grandes especulaciones en los medios de comunicación en torno a las circunstancias que causaron su temprana muerte, que se llegó a achacar a un abuso de drogas.
El padre de la malograda dijo que en las semanas previas, su hija parecía más feliz que nunca y que había conseguido superar sus adicciones y que intentaba hacer frente a su abuso con el alcohol.
La familia de la londinense estrella del soul quiso agradecer ayer a la Policía y al juez forense su «concienzuda» investigación y que les haya mantenido informados durante el proceso.
De manera paralela a la autopsia, tras su muerte, se puso en marcha una investigación judicial.
Los resultados de estas pesquisas no se harán públicos hasta llegado el mes de octubre.
