Alberto Contador dio ayer un golpe de efecto en la Vuelta a España al lograr el triunfo y enfundarse el jersey rojo tras la decimoséptima etapa, disputada entre Santander y Fuente Dé sobre 187,3 kilómetros, en la que lanzó un ataque lejano contra ‘Purito’ Rodríguez.
El corredor madrileño se impuso con seis segundos de ventaja sobre Alejandro Valverde, segundo de la etapa y también de la general, ya que ‘Purito’ Rodríguez se hundió en los últimos 50 kilómetros de la jornada y acabó cediendo dos minutos y 38 segundos en la meta respecto al de Pinto.
Fue un ataque como los de antes, de lejos, en una jornada marcada como ‘de transición’ después del segundo día de descanso, que culminaba en Fuente Dé, un puerto de segunda tras los de Collado de Ozalba y de La Hoz, también de segunda, que no parecían ser el escenario propicio para la batalla.
En cambio, el líder del Saxo Bank encontró una falla en el Collado de la Hoz, 5,7 kilómetros al 7,6 por ciento de pendiente media, en la solidez de ‘Purito’, que no había cedido en desniveles muy superiores en los Lagos de Covadonga o en las cuestas imposibles del Cuitu Negru.
«Fue una locura», confesó el propio Contador tras la jornada, en la que lanzó un ataque de rabia antes de coronarse La Hoz, en el kilómetro 134, en busca de un grupo de fugados, en el que figuraban sus compañeros Sergio Paulinho y Jesús Hernández. El de Pinto alcanzó 16 segundos en el inicio del descenso, que fue el prólogo del derrumbe de ‘Purito’ Rodríguez.
Porque el líder del Katusha solo encontró la rueda de su compañero Alberto Losada, mientras que Contador y Paulinho eran una máquina bien engrasada que acumulaba segundos en el marcador de un Alberto que empezaba a comprobar que su osadía podía tener el premio del maillot rojo y compensar el dolor que ha sufrido en los últimos meses.
Viendo la crisis del líder, el propio Valverde dejó de rueda también al catalán y se marchó hacia el segundo puesto de la general, que ahora ocupa a un minuto y 52 segundos del madrileño, y por delante de Rodríguez, tercero.
Valverde, con la colaboración de Beñat Intxausti y Nairo Quintana, puso en riesgo incluso el triunfo del jefe de filas del Saxo Bank, que fue dosificando sus fuerzas en los últimos kilómetros hacia Fuente Dé hasta entrar bajo la pancarta con un gesto en el que expulsó todos los demonios que le han acompañado desde que comió aquel filete en el Tour 2010.
Cuando el guión apuntaba a un desenlace en la Bola del Mundo, Contador rompió los pronósticos y firmó una victoria con un sabor épico que le supo a gloria después de meses inmerso en un enredo judicial por demostrar su inocencia y que, además, le proclama como ganador virtual de la ronda.
