La Gimnástica Segoviana cerró el año 2010 como un misil, pasando por encima del Venta de Baños en el campo de La Albuera ante unos 400 aficionados que desafiaron al frío para disfrutar del juego de un equipo como el azulgrana, enrachado hasta decir basta, y que ayer marcó cuatro goles como bien pudo haber hecho siete.
El conjunto gimnástico está metido de lleno en una dinámica tan positiva, que le son indiferentes las ausencias, le importa más bien poco el sistema de juego de su oponente, con mención especial para el ultradefensivo esquema que puso en liza el Venta de Baños, y ya no se rebela ante un arbitraje errático como el que ayer protagonizó el colegiado burgalés Lavín Pérez, muy mal ayudado por sus asistentes. Todo eso lo da igual a la Segoviana, que sabe a lo que juega, y tiene una confianza inmensa en su fútbol.
Saltó el Venta de Baños al campo de La Albuera vestido con la segunda equipación de la Segoviana por aquello de la coincidencia de colores, y quizá por ello el equipo venteño salió acomplejado al partido, muy retrasado en sus líneas, con los dos pivotes incrustados prácticamente en la línea de cuatro defensas, y dejando toda la iniciativa en el juego a los locales, que no tardaron en hacerse con el mando del partido, sin cometer errores en el centro del campo que pudieran hacer vivir a su oponente a base de contragolpes.
Con mucha paciencia y no menos toque, algo que a principios de temporada ponía de los nervios a los aficionados, pero que ahora parece la fórmula de la Coca Cola, la Segoviana poco a poco fue metiendo aún más al Venta de Baños en su área, forzando saque de esquina tras saque de esquina hasta que en uno de ellos Ramsés, que ya había amagado con un remate de espuela en un córner anterior, se marcó un taconazo en el primer palo tras el córner botado por Roberto que dejó helado al portero Chema, convirtiéndose en el 1-0. La lata estaba abierta.
El Venta de Baños tiró de orgullo y quiso adelantar sus líneas, aprovechando que los asistentes del colegiado tenían el “muelle” preparado a la hora de señalar los fueras de juego. La Segoviana dejó que su oponente saliera de la cueva, sabiendo que con algunos espacios más su juego iba a ser mucho más fluido, y Roberto pudo haber inaugurado su casillero particular de goles tras una gran asistencia de Fran, pero su remate se marchó fuera por muy poco. Por algo más (más o menos veinte metros) se le marchó desviado su lanzamiento a Gala en la acción más peligrosa del equipo visitante en todo el primer tiempo.
Con el Venta de Baños totalmente inofensivo en ataque, la Segoviana se encontraba tan cómoda sobre el campo que corría incluso el riesgo de sestear demasiado, así que en los minutos finales el equipo de Maroto decidió apretar el acelerador. Una falta en el centro del campo bien sacada por Ramsés dejó solo a Anel delante de Chema. El abulense vio a su compañero Roberto más solo que la una, y le cedió el balón para que el mediapunta pusiera el “2” en el marcador de la Segoviana. Y un minuto más tarde, con el equipo visitante pidiendo la hora de manera desesperada, una jugada por banda derecha que inició un desmarque de Chus terminó en la banda izquierda con una gran asistencia de Víctor Pérez a Fran, que marcó el 3-0 y “obligó” a los aficionados a aplaudir a los jugadores gimnásticos con la llegada del descanso.
