El refranero español es muy rico en expresiones sobre hacer dos cosas a la vez; incluso en hacer una cosa y la contraria; también en aprovecharse de una circunstancia –arrimar el ascua a su sardina- para sacar provecho. Eso parecen estar haciendo las corporaciones municipales del PP con las posibilidades que ofrece el RDL de 5 de agosto del 2020, que tanto critican: se niegan a aportar sus remanentes de tesorería a la Administración General del Estado (artículo 3), pero aprovechan la permisibilidad de la norma para aplicar el superávit del presupuesto del 2019 a inversiones financieramente sostenibles (artículo 1) o a gastos generales (artículo 6). Es lo que realizó el Ayuntamiento de Riaza hace unos días; es lo que escenificó ayer el pleno de la Diputación Provincial de Segovia ayer. Y en cantidad nada despreciable, por cierto: unos 5 millones de euros. Los ayuntamientos segovianos están de enhorabuena. A los planes de ayudas para inversiones municipales se destina la cantidad de 3,3 millones de euros (en números redondos), que no es moco de pavo.
Las corporaciones del PP se han dado prisa: tenían hasta el 15 de septiembre para decidir qué hacer. No han esperado a conocer las modificaciones que se puedan realizar a la norma en el trámite parlamentario; y, por si acaso, antes de que pueda decaer por no ser convalidada en las Cortes Generales, han aprovechado los beneficios que ofrece.
Desde estas páginas se ha dejado clara la posición sobre el referido RDL 27/2020. Es apresurado y dudosamente constitucional. De lo segundo da fe la moratoria que realiza sobre la regla de gasto, dejando sin vigor una ley orgánica, que es de rango superior. Sobre lo primero, el hecho de que si se transmiten los remanentes ha de ser en su totalidad, sin permitir un colchón que sirva a las corporaciones como recurso por si vienen mal dadas. Y solo son dos ejemplos. Pero dicho esto ofrece a los ayuntamientos la posibilidad de hacer líquido algo que hasta el momento y desde el 2012 estaba inmovilizado en su gran mayoría, con un retorno en dos ejercicios de un 35% de la cantidad prestada a fondo perdido. Por permitir, hasta permite que alguien lo critique y use de sus beneficios. Predicar y recibir trigo.
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