Apretarse el cinturón, sí, para poder hacer frente a lo que estamos pasando y…a lo que, desgraciadamente, tendremos que seguir haciendo frente durante un tiempo que nadie puede predecir.
De esta forma, tendremos que lamentar la marcha de alguna que otra industria que parecía definitivamente asentada aquí; la problemática aspiración de otras a ubicarse en la ciudad y, por supuesto, tendremos que seguir haciendo frente, echando valor y las lógicas expresiones de sentimiento, ante la situación más calamitosa cada día del pequeño comercio y de la industria mayor, porque la situación que afecta a todos es penosa. Muchas empresas se están planteando las jubilaciones anticipadas, porque todo tipo de negocios mira con miedo al futuro, y, por ejemplo, las entidades bancarias están reduciendo sus servicios al máximo, pues aparte de desaparecer oficinas y cajeros, el personal también anda en vilo pensando cada cual en su posible destino mañana, pasado o dentro de poco tiempo más.
Mientras, la política, y la clase política, siguen en el estado a que nos tienen acostumbrados desde que llegó esto del Covid19. A escala nacional (donde de los 22 ministerios existentes apenas se “oye” hablar a alguno de sus representantes, y los que lo hacen “siempre tienen razón”), el máximo regidor se “lava las manos” y deja sus funciones, cargando todas las responsabilidades en las personas de los presidentes de las comunidades autónomas, que es lo mejor para poder dormir tranquilo sin soñar con posibles rivales. Esta inhibición influye en el resto de estamentos políticos, provocando lamentos y protestas, incluso dentro del mismo partido.
Cuando se escriben estas cosas hay que tener en la mente a TODOS, porque, por desgracia, ya no se pueden hacer distinciones entre unos profesionales u otros, entre unos empresarios e industriales u otros, porque todos estamos embarcados en los mismos problemas, que nos exigen un meticuloso comportamiento para tratar de evitar, en todo lo posible, la extensión del mal. Y esta exigencia, como estamos viendo, abarca también al comportamiento de la juventud, que hasta ahora parece que en Segovia está siendo muy comprometida con la situación, aunque siempre habrá que lamentar alguna “salida de tono”. Como ese voto a favor de entregar al Gobierno el “remanente” municipal. Y es que hay algunos que parecen entender más que otros, incluso del mismo partido, para ponerse en la primera fila y agradar al “jefe”, frente a la opinión de al menos 29 municipios de todos los “colores”. Bueno, ya veremos luego qué acontece y quiénes tenían razón, aunque, en verdad, tampoco se les puede quitar a los “obedientes” por si en el futuro todo sale bien. ¡Ah! Y ya sospechan algunos sobre posibles “revanchas” de Hacienda a los no sumisos.
En definitiva, que hay que repetir lo de apretarse el cinturón en todos los aspectos, porque si empezamos a pensar en los altibajos de la Bolsa, para qué más. Mejor no seguir a diario las cotizaciones del llamado Ibex para no recibir sobresaltos a cada momento, viendo las flechitas rojas y verdes que suben y bajas con cierta frecuencia.
Buscando lo positivo, ahora solo nos queda la buena perspectiva de contemplar en su puesto al renovado gallo de la torre de San Esteban, que ya empieza a funcionar; quiero decir, que ahora sí tenemos otra veleta en Segovia…aparte de que “veletas” nunca hayan faltado aquí.
Y a ver, también, si “sus vientos” se llevan tantos reiterados comentarios sobre el señor Messi, un jugador de reconocido mérito, pero que últimamente está “llenando” pantallas, redes y papel impreso como si fuera “la gran noticia del país”.
