La caída del PIB en España es el doble de la caída media del resto de países de la OCDE, y es el mayor desplome de todos los países de las economías desarrolladas llegando al -22,7%. La destrucción del tejido productivo y de empleo es de tal magnitud que mantiene al 25 % de las empresas en quiebra técnica y a un 25 % de la población activa sin poder trabajar. Y el Banco de España urge al gobierno a tomar medias que incentiven la producción, la empresa y el empleo y que frenen los contagios que eviten un nuevo cierre de la actividad económica, pues nuestras cuentas no lo podrían soportar.
Comprobar como otras economías han demostrado un extraordinario aguante ante esta pandemia, es insultante comparado con la gestión de este gobierno y por eso, no entiendo su triunfalismo, de sus socios y palmeros. No hay ni recuperación en V, ni brotes verdes como tienen la frivolidad de decir. El gobierno tiene que reaccionar -está obligado-, tiene que aprobar un plan económico, sanitario, jurídico, social y educativo como el que le viene ofreciendo el presidente Casado desde hace ya cuatro meses.
Hoy en España es tiempo de diálogo, de pactos, de tender puentes para cruzarlos juntos; es tiempo del interés general y del bien común de todos los españoles. España no debe ir hoy de partidos, sino de salvar la economía y el empleo de los españoles, en definitiva del bienestar de todos. Pero el gobierno no quiere, se dedica al marketing, a eludir sus responsabilidades, decir que todo va bien y rechazar todas las propuestas del PP.
Y la ministra de Educación, proponiendo a los padres que lleven a sus hijos al colegio en bicicleta para evitar el Covid. ¡Qué venga a Segovia, por favor!. Este gobierno de la ultra izquierda es una amenaza, y la única duda que me queda en estos momentos, es sí lo hacen a propósito o es qué no saben.
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(*) Diputado nacional del PP por Segovia.
