La Asociación Amigos de El Diablillo ha informado a través de un comunicado enviado a los medios de comunicación, de la suspensión de la tradicional Fiesta del Diablillo que se celebra todos los años en la villa de Sepúlveda y que sirve como cita previa a las fiestas patronales.
La organización ha tomado la decisión atendiendo a las recomendaciones de la Junta de Castilla y León de no celebrar fiestas patronales y eventos con grandes aglomeraciones en los que no se pueda evitar la distancia de seguridad, así como la de limitar los encuentros sociales a los grupos de convivencia estable y los encuentros de más de diez personas.
Los sepulvedanos mantienen la tradición popular de que hay una noche al año, la del 23 de agosto, en la que el apóstol San Bartolomé, a las 22.00 horas suelta al diablo de las cadenas que le atan. Por ello, cada año en dicha efeméride seis diablillos recorren la calle San Bartolomé para sortear una gran hoguera y cumplir con la tradición. Aunque se desconoce con exactitud su origen, las personas de mayor edad aseguran que sus abuelos ya participaban en el rito. De hecho, es sabido que ni durante la Guerra Civil española se rompió la tradición. Con el paso de los años, la fiesta ha ido evolucionando. Así, se perdieron las cadenas que llevaba el diablillo en los tobillos, y también fue incrementándose el número de diablillos, pasando de uno a seis. En 2008, el vestuario de los diablillos fue renovado.
Recientemente, la Fiesta del Diablillo de Sepúlveda recibió el reconocimiento de Manifestación Tradicional de Interés Cultural, que enriquece la lista iniciada por la ofrenda de los cirios de Santa María la Real de Nieva y la Octava de Fuentepelayo.
