Mientras en el Reino Unido se vive una crisis de Gobierno después de que dos ministros británicos comunicasen públicamente sus deseos de que el país abandone la Unión Europea, el primer ministro de la isla, David Cameron, acudió ayer a Washington a entrevistarse con el presidente de EEUU, Barack Obama, quien le instó a aplazar las discusiones sobre la posible salida de la UE hasta ver si las reformas emprendidas en los últimos meses por el bloque comunitario dan sus frutos. «Creo que la participación inglesa en la Unión es una expresión de su influencia y de su papel en el mundo», destacó el norteamericano.
Obama advirtió de que, en cualquier caso, la decisión recae en los británicos, pero reconoció que «tiene sentido» que Cameron espera para ver si se aclaran las partes «rotas» de una «relación muy importante».
El inquilino de Downing Street 10, por su parte, declaró que su país es el primer interesado en impulsar las reformas para lograr una UE «más abierta, más competitiva, más flexible». El premier consideró estos cambios en marcha una «muy buena razón para esperar».
«Por eso no va a haber referéndum mañana», añadió, para, acto seguido, cuestionar la conveniencia de la «falsa elección entre el actual statu quo y la salida» de los Veintisiete. En este sentido, afirmó que las palabras de sus ministros son «hipotéticas» y que solo celebraría una consulta a finales de 2017.
Por otro lado, se refirió al Tratado de Libre Comercio que negocian EEUU y la UE para sugerir que incluya a todos los sectores, ya que Francia aboga por dejar al margen la industria cultural.
El premier abogó, en aras de maximizar los « beneficios» de este acuerdo, que «todo esté sobre la mesa». «Incluso las cuestiones difíciles, sin excepciones», apostilló.
Otro de los temas del encuentro era abordar el conflicto en Siria, por el que ambos mandatarios coincidieron en la necesidad de seguir aumentando la presión sobre el régimen de Damasco, pero se manifestaron, una vez más, reticentes a armar a los insurgentes contra el Gobierno de Bachar al Asad. Según explicó Cameron, la UE sigue «examinando» el embargo de armas al país asiático, aunque destacó que «si no ayudamos a la oposición, no nos debería sorprender si los elementos extremistas crecen».
«A toda la comunidad internacional le interesa ver una Siria que no esté sumida en una guerra sectaria», indicó Obama, que agregó que el objetivo es lograr «negociar una transición política pacífica que lleve a la marcha de Al Asad».
