El primer tramo de velocidad controlada de la DGT ya está operativo en el túnel de Guadarrama, en la A-6, entre Madrid y Segovia. A diferencia de los radares fijos, este sistema sanciona a los vehículos que no mantienen la velocidad legal, no en un punto específico sino a lo largo de un tramo de varios kilómetros.
Según han informado fuentes de la DGT, no existe una fecha exacta para el comienzo de las sanciones, pero será antes de fin de año, una vez que transcurra un mes en el que únicamente se avisará a los posibles infractores de que han superado la velocidad permitida. En el caso del túnel de Guadarrama, el límite está marcado en 100 kilómetros hora. Durante este mes inicial los infractores no serán sancionados, simplemente recibirán una carta en sus domicilios con los detalles de la infracción (día, hora, velocidad registrada…).
El de Guadarrama es el primero de los tres tramos de velocidad controlada que la DGT tendrá en marcha antes de fin de año. Los otros dos también se ubican en túneles: en el de Barrios, en la AP-66 en León (1.600 metros) y en el de Torrox (1.152 metros), en Málaga, en la A-7.
Tal como recoge la revista ‘Tráfico’ en palabras del subdirector de Gestión del Tráfico y Movilidad de la DGT, el motivo de comenzar dentro de túneles se debe a que en ellos “hay un riesgo añadido, son lugares problemáticos, por ejemplo para que intervengan los servicios de emergencia”.
Ni desde la empresa Iberpistas, que explota la autopista AP-6, ni desde la Subdelegación del Gobierno han señalado la fecha en que puede entrar en funcionamiento el nuevo radar, de cuya existencia avisa una señal desde hace tiempo antes de entrar al túnel, pues ha estado ya en pruebas. En principio se pensaba poner en marcha a finales de agosto, pero por problemas técnicos se ha retrasado.
Los llamados ‘radares de tramo’ son una nueva forma de controlar la velocidad, no en puntos kilométricos concretos, como hacen los radares fijos, sino en tramos de carretera de varios kilómetros.
En realidad, esta modalidad de vigilancia no funciona con radares, sino con cámaras de visión artificial, similares a las que sancionan en los semáforos de algunas ciudades.
El procedimiento de control de velocidad en un tramo es el siguiente: las cámaras –una por carril– graban de forma continua a todos los vehículos, a la entrada y salida del túnel. Para ello utilizan iluminación continua por infrarrojos –debido a las condiciones de luz– que el ojo humano no puede captar. Las cámaras están sincronizadas por fibra óptica y a través de satélite para que sus relojes marquen la misma hora. Con los datos almacenados, un ordenador ‘casa’ las matrículas iguales, comprueba los tiempos de paso de cada vehículo y calcula su velocidad media.
Sólo se sanciona a los que sobrepasan el límite. Una vez detectada la infracción, el resto del proceso es igual a las captadas por radares fijos: las imágenes y datos de la infracción viajan por cableado de fibra óptica al Centro de Gestión de Denuncias Automatizadas de León, que tramita y envía la denuncia.
