La pandemia del COVID-19 está actuando como un parte aguas, marcando un antes y un después en nuestras vidas. Además, el COVID-19 nos amenaza con una crisis de naturaleza muy diferente a otras que hemos vivido, pero también nos recuerda que sin salud no puede haber economía. A estas alturas es evidente que de una u otra manera este virus está modificando la manera en la que nos relacionamos, trabajamos y consumimos. Esto tiene un impacto muy concreto y directo en las actividades comerciales y hosteleras en todo el sector servicios y, por supuesto, también en el turismo; actividades básicas, todas ellas, en la economía segoviana.
En noviembre del 2019, a pesar de sus insuficiencias y con ánimo constructivo, desde Podemos Segovia comprometimos nuestro apoyo a los presupuestos municipales. A día de hoy consideramos que buena parte de los presupuestos han quedado superados por la realidad de la nueva situación. Compartimos buena parte de las medidas de contingencia que se han tomado en los meses más críticos de la pandemia, pero diferimos claramente de la forma en la que se está afrontando el medio plazo.
Por ello llevamos planteando los dos últimos meses toda una serie de líneas de acción para reorientar de una u otra manera el presupuesto municipal a la Segovia que el Covid-19 ha dejado en 2020. Una serie propuestas enmarcadas en tres ejes que podemos resumir así: apoyar a familias e incentivar el consumo y la actividad en la economía local, potenciar la capacidad de adaptación y superación de los pequeños establecimientos del sector servicios y, por último, potenciar la resiliencia urbana, ambiental y la bioseguridad de la ciudad. El primer eje incorporaba medidas como ayudas al consumo, bonos comercio, la digitalización de los pequeños establecimientos y una plataforma de venta online. El segundo eje, que se debatió en el último pleno, incluía una serie de medidas de alivio fiscal y subvenciones para reformas y mejoras en seguridad sanitaria, con un retorno potencial para la economía segoviana de un 300%.
El debate en pleno de este segundo bloque de propuestas evidenció el intento reiterado del bipartidismo de querer afrontar desde lo municipal una crisis no convencional con medidas convencionales. Por un lado, el gobierno municipal amparándose en una versión anoréxica del ‘PLAN E’ y, por otro, el grupo municipal del PP defendiendo un recorte en inversiones que deja fuera buena parte de las necesidades de los barrios con más déficit estructural. Somos conscientes de que nuestra posición en el Pleno se salía del guion pre-establecido de posiciones; quizás por ello recibimos críticas a nuestra propuesta a derecha e izquierda por igual, tal vez por su carácter netamente transformador o por ir más allá de catecismos de partido, quién sabe. Pero, a día de hoy, nos sigue pareciendo que centrar el debate entre ejecutar sí o sí todas las inversiones previstas en un presupuesto ya superado por la realidad o cargarse de un plumazo el equivalente a la mitad de ese capítulo presupuestario es un error de base en ambos casos.
Como decíamos antes, ésta es una crisis no convencional: es una crisis económica producida por una crisis sanitaria de la dimensión de una pandemia global. Por tanto, la respuesta a esta crisis no se puede centrar en un debate entre inversiones en infraestructuras como si nada hubiera cambiado o barra libre de ayudas directas a los sectores afectados. La respuesta debe ser una combinación inteligente de ambas, pero con un objetivo muy definido: movilizar recursos municipales para incentivar el gasto privado, apoyando al tejido económico y social en la superación de la situación de dificultad, facilitar su adaptación a un nuevo escenario mientras dirigimos la inversión pública a hacer de nuestra ciudad un espacio urbano más seguro y resiliente a los riesgos sobre la salud pública pero también al impacto del cambio climático.
Por eso nos parece una prioridad activar recursos y reorientar las inversiones, para que en el marco de las competencias municipales se mejore la bioseguridad de colegios y consultorios, de espacios deportivos, de centros cívicos y culturales y de la totalidad de las dependencias municipales para proteger la salud y estar preparados para afrontar posibles riesgos sanitarios futuros.
La mejor política social es la prevención, es decir, facilitar la supervivencia y los procesos de adaptación del tejido económico más afectado por este tipo de crisis. Por ello, hemos trabajado en propuestas al equipo de gobierno para que se concreten líneas de ayuda y medidas fiscales para potenciar la digitalización, el consumo en el pequeño comercio, la adaptación estructural de los pequeños establecimientos, la adquisición de equipamientos de bioseguridad, la reorientación de las actividades económicas, etc. Defendemos un apoyo desde lo público que sirva no sólo para sobrevivir a la pandemia, sino para salir más fuertes de ella.
La reorientación del presupuesto municipal sólo es el primer paso. En un escenario post-pandemia como éste, es necesario poner sobre la mesa la necesidad de un escudo municipal, de utilizar de forma inteligente todos los recursos disponibles, también los más de 6 millones de euros de ahorros del ayuntamiento acumulados. Estos remanentes de tesorería deberían ser utilizados para financiar la modernización y adaptación de nuestra ciudad al nuevo escenario. Hoy más que nunca es necesario mejorar la movilidad sostenible incrementando exponencialmente aceras accesibles, transitables y espacios peatonales que permitan el distanciamiento social, pavimentar calles por toda la ciudad, modernizar los polígonos, equilibrar las desigualdades entre barrios con inversiones masivas en infraestructuras y mejora de espacios urbanos o apostar por una política municipal de vivienda valiente que frene el exilio forzado de las familias jóvenes hacia otros municipios de la periurbana.
Soy de los que piensa que, a situaciones excepcionales, medidas excepcionales. Porque si tenemos que elegir entre la regla de gasto y nuestros barrios, entre la Ley Montoro y los segovianos y las segovianas, nosotros elegimos Segovia. Segovia primero, porque los ahorros de todas y todos están para utilizarlos cuando hacen falta, no a capricho de proyectos partidistas ni de leyes absurdas que forman parte ya del pasado.
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(*) Concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Segovia.
