Las visitas y declaraciones de representantes institucionales realizadas en los últimos meses de 2014 habían hecho creer a los integrantes de la comunidad educativa del colegio ‘El Peñascal’ que por fin, después de numerosos requerimientos, los desperfectos que sufren los espacios abiertos del centro, donde los niños practican deporte y pasan el tiempo de recreo, serían reparados adecuadamente. Sin embargo, al regresar de las vacaciones escolares, padres, profesores y niños se han quedado decepcionados al encontrar todo como lo habían dejado. “A mediados de diciembre vino un señor del Ayuntamiento a pintar la valla de la pista deportiva, estuvo unos días, lo dejó y no ha regresado hasta hoy (ayer para el lector) cuando los niños estaban en el recreo”, comenta un profesor del centro, quien al igual que otros compañeros esperaba que el periodo de descanso de los escolares fuera aprovechado por la Institución municipal para ejecutar las actuaciones que había anunciado.
En este caso, la dirección del colegio, como portavoz del claustro, centra sus recriminaciones en el Ayuntamiento y asegura que “no ha habido un buen mantenimiento de las instalaciones durante años”, por eso ahora “se encuentran en un estado indecente y representan un peligro para los niños”. Aseguran que los profesores de Educación Física sufren cada vez que tienen que sacar a los alumnos a hacer deporte a la cancha de baloncesto y a la pista vallada, llenas de grietas, rodeadas de muros sin pintar y en algunas zonas con tierra y barro. Reconocen que el deterioro también es fruto de que una zona ha estado ocupada durante años por las casetas de las obras del pabellón polideportivo y allí “se ha estado haciendo masa con la tierra y otras tareas propias de la construcción”. Los profesores no quieren que la polémica del pabellón haga olvidar la necesidad de arreglar los espacios abiertos para que los escolares puedan hacer deporte
en unas condiciones mínimas de seguridad.
“Ahora le toca al Ayuntamiento afrontar sus compromisos y responsabilidades y es una pena que no haya aprovechado las vacaciones de Navidad, sin niños y sin nieve ni hielo, para hacer las obras que tanto necesitamos”, comentan desde la dirección escolar, asegundo que no quieren buenas palabras sino hechos. Además advierten de que el mal estado de los pavimentos no admiten “parcheos” sino que requieren una reforma íntegra. “Hay que levantar todo el suelo, no vale con sellar grietas”, afirman los profesores.
