Emilio Montero Herrero
De las paredes de San Millán penden numerosos lienzos. Entre ellos, San Jerónimo Penitente, Presentación de Jesús en el Templo, San Antonio de Padua, la Oración en el Huerto, Cristo con la cruz a cuestas y varias escenas marianas: Encarnación de Cristo (Francisco Camilo), Nacimiento de Jesús, Asunción de la Virgen, la Inmaculada, la Virgen del Populo y la Virgen de la Fuencisla. Todas obras del siglo XVII.
A los pies de la nave central un espléndido órgano barroco construido en 1711 por Manuel Pérez Moler. Y en la parte superior la figura de San Millán (s.XVI) con vestiduras episcopales, pluvial y bonete. Esta imagen hasta 1963 se encontraba en una hornacina presidiendo el retablo barroco con el que estuvo tapado el ábside central, obra de José Ferreras, autor de otros retablos segovianos, finalizado en 1680. El retablo se encuentra actualmente en la iglesia de Santa Eulalia del Río, en Ibiza.
En el interior de la iglesia también sobresalen dos piezas. La primera de ellas se trata de un telar o cortina de la primera mitad del s.XVIII, procedente de Santa Columba y de la capilla del Carmen. La segunda es el ostensorio procesional del s.XVIII que porta la custodia parroquial.
Completan el recinto las imágenes realizadas en el siglo XVII de San Roque, el Resucitado y Santo Domingo de Silos.
Es muy común que los suelos de edificios religiosos tengan una larga tradición como lugares de enterramiento. La iglesia de San Millán es uno de esos numerosos ejemplos.
En el ábside de la nave de la Epístola se abre un arcosolio sepulcral con dos lápidas de pizarra con escudos, que llevan la inscripción: “AQUÍ YACE LOPE DE ALAVA DE GUEBARA FALLECIO A TREINTA DE MAYO DE MILLEQUISECINQUENTAECINCO AÑOS E YAZE INES DE TAPIA SU MUGER”.
En el pavimento del cuarto ábside, destinado hoya sacristía, existen dos laudas sepulcrales de piedra de granito. Sus inscripciones dicen así: “D. O. M. Hic requiescit et in pace D. D. Franciscus García Calle, Parochus qui fuit et Rector huius Seminarii et Ecclesiae. Obit die X Septembris, armo 1723”; y “Aquí yace Don Mateo de Velasco Sanz Oyo, Cura que fue de Losana y de esta iglesia. Administrador de Sancto Spíritu, Murió año de …”
En el muro del brazo derecho del crucero hay una sencilla inscripción en la que se lee: “Aquí yace Basco Fernández. Prior de San Millán, que finó en Febrero . Era de M e CCC e XL i III annos”.
De igual forma, durante las obras de restauración de la iglesia de San Millán en el interior de la nave norte, en su extremo oeste, aparecieron dos sepulturas. Se trataba de dos sarcófagos de piedra caliza.
Como consecuencia de este hallazgo, se realizó una excavación arqueológica en el atrio norte de la iglesia que obtuvo importantes hallazgos, publicados por el profesor Alonso Zamora Canellada.
Una vez finalizados estos trabajos, el espacio surgido con motivo de la excavación quedó convertido en una estancia que fue la elegida para acoger el correcto almacenamiento de los numerosos fondos de los que es responsable la parroquia, y que por falta de espacio, uso, o bien porque precisaban de una custodia especial, se retiraron del interior de las naves de la iglesia. De igual modo, para que permitiese, en la medida de lo posible, su exposición pública.
En concreto, se trata de tres conjuntos de objetos claramente diferenciados: unas valiosas piezas de madera tallada y policromada pertenecientes a una antigua armadura de techo de San Millán, diferentes tipos de objetos religiosos y varios restos de enterramientos encontrados en la excavación arqueológica.
En relación a los enterramientos, en la sala se conservan tres de los tipos hallados durante esa excavación. Se trata de un sarcófago tallado en un único bloque de granito, quizá pieza romana o visigoda reutilizada; un fragmento de la cabecera de una tumba de tipo mozárabe tallada en piedra caliza, correspondiente a los siglos X a XII; y una tumba construida con lajas de piedra caliza, perteneciente a los mismos siglos.
Las bóvedas barrocas de yeso, que desde 1668 cubrieron las naves de San Millán, impedían conocer la estructura original del edificio en su totalidad. Sin embargo, en 1929, el arquitecto Cabello Dodero y el Marqués de Lozoya, encuentran en un trastero los restos de lo que sería una rica techumbre de madera perteneciente a la iglesia, que analizan. En 1934 publicaron un magnífico trabajo sobre la importancia de este artesonado en la revista Universidad y Tierra.
Esta techumbre medieval que fue labrada y armada hacia el año 1110, está considerada por prestigiosos especialistas como una de las obras maestras de madera con decoración tallada y policromada realizadas por carpinteros islámicos que se conservan en la Península Ibérica. De todo ello, se han publicado importantes publicaciones al respecto.
El estudio realizado hace unos años por Valero Herrera Ontañón ha permitido determinar que se trataba de una techumbre plana o alfarje, compuesta de cinco modelos distintos en la nave central y otros dos en las laterales, de las que se conservan numerosas piezas que se encuentran en este espacio expositivo. Entre ellas figuran canes, durmientes, cobijas, vigas, tableros y listones.
Las decoraciones del alfarje eran vegetales, geométricas y epigráficas, todas ellas policromadas. Muy singulares, también, las tabicas que llevan inscripciones en árabe de estilo cúfico florido y que contienen sentencias religiosas: El poder es de Dios, En el nombre de Dios, Dios clemente y misericordioso.
Pinturas, esculturas, libros y diversos objetos de orfebrería religiosa se exponen en las vitrinas de esta cripta. En la primera de ellas se presentan dos conjuntos de seis candeleros, varias sacras, jarrones de cristal y tres cruces procesionales. A continuación, sobresale una vitrina exenta que muestra un escudo de armas, fechado en 1685.
En la segunda vitrina encontramos la cruz parroquial, de estilo gótico flamígero en su parte inferior y plateresco en la parte superior, con las figuras de los doce apóstoles cubiertas por doseletes; una naveta del siglo XVIII, con su pie obra del platero segoviano Julio Duque, en 1899; y un excelente ostensorio eucarístico (s.XVIII) que lleva grabado la leyenda: dieron esta custodia Francisco Ortiz de Paz y su mujer Ana de Llanos a esta parroquia de San Millán de Segovia por su devoción en el año 1753, en la que fue la catorcena de dicha iglesia.
Esta vitrina también custodia las bulas de Santa Columba y de la Virgen del Rosario, un leccionario de Santa Columba (1776), un libro de epístolas (1805) de la misma parroquia, el libro de la venerable congregación de la Virgen de la Piedra (1785), un relicario (San Blas, Santa Columba y San Roque) y el bulario que contiene las bulas de Santa Columba y de la Virgen del Rosario. Varios cálices, copones, patenas, navetas e incensarios completan este expositor.
La tercera vitrina guarda las imágenes Santa Ana, San Juan Bautista, San Crispín y San Crispiniano. También acoge un relieve policromado, resto del retablo de San Pedro y varios crucifijos y ex votos de Santa Lucía. La linterna (farol de mano) lleva la leyenda: Diola Joseph Garzia Carril, siendo diputado, y su mujer Jvana Rodríguez de Lorenzana (1767). En esta vitrina atrae la atención una pintura de pequeño formato: La Faz de Cristo.
La colección de ornamentos sagrados de San Millán también es muy significativa, y está formada por numerosas casullas, dalmáticas, ternos, capas y otras telas religiosas.
La hermosa fábrica de San Millán señorea el populoso barrio que lleva su nombre, el que fuera arrabal mayor de Segovia.
