La actividad municipal se retomó con el pleno extraordinario aplazado en abril por el coronavirus, posicionándose como el primero que se celebra en la localidad en la nueva normalidad. En esta ocasión, no tuvo lugar en el salón de plenos, sino en la biblioteca con el fin de garantizar la distancia de seguridad.
El tema más reseñable fue el apoyo unánime a la adopción del escudo municipal. El diseño, encargado a una diseñadora local, recoge las ideas que surgieron de la campaña de la nueva corporación con el objetivo de lograr unir en un mismo emblema la propia identidad del pueblo y sus gentes.
Asimismo, entre las órdenes del día también destaca el acuerdo de adhesión al convenio entre la Federación Española de Municipio y Provincias (FEMP) y el organismo autónomo Jefatura Central de Tráfico para el intercambio de información y la mutua colaboración administrativa. De igual modo, se trató la aprobación de la cuenta general y la ratificación de diferentes subvenciones de personal e infraestructuras.
