El Gobierno estudia nuevas medidas de flexibilidad para localidades de menos de 3.000 habitantes que permitiría que estos pueblos fueran más deprisa en la desescalada. Esta noticia ha sido muy bien acogida en muchos municipios de la provincia, que siguen cumpliendo el confinamiento dentro del estado de alarma, a pesar de que en unos cuantos no se ha registrado ningún contagio por coronavirus, pero se encuentran dentro de una zona básica de salud que aún no cumple con todos los criterios o requisitos establecidos por la Junta de Castilla y León para pasar a la fase 1. Alcaldes rurales de la provincia de Segovia coincidían ayer en que no se puede comparar la situación de las grandes ciudades con la de pueblos como los suyos, aunque mantienen la prudencia y están dispuestos a “aguantar” una desescalada lenta, pero con garantías.
La alcaldesa de Caballar (85 habitantes), Susana Gómez, afirmaba ayer que en su pueblo no ha habido ningún caso de coronavirus, pero al pertenecer a la zona básica de salud de Cantalejo, se mantiene en la fase 0. “Es una situación complicada, porque nosotros podríamos tener más movilidad, pero también puede ir en tu contra. Ahora no tenemos restricciones de horario, podemos ir al huerto y hacer otras actividades que antes no teníamos, así que tenemos cierta libertad y normalidad, pero en ningún caso tranquilidad”. Entiende, por otro lado, que establecimientos como el único bar de Caballar necesiten abrir sus puertas, “pero no queda otra”. “Tenemos que ser responsables y no imprudentes”, afirma.
El caso de Ituero y Lama (361 habitantes) es diferente. Su alcalde, Miguel Aparicio, señala que la localidad se divide en dos espacios, por un lado, el casco antiguo, con unas 20 personas, en el que no ha habido ningún contagio, y por otro, las dos urbanizaciones, donde el 80 por ciento de sus habitantes son madrileños que tienen en Ituero su segunda residencia. El regidor no entra a valorar si la desescalada es mejor por zonas básicas de salud o por provincias. Para él, el principal problema es que no se produzca el trasiego de personas de Madrid y Segovia, que es lo que ha provocado varios casos de Covid-19 en las urbanizaciones. No quiere oír hablar de que Madrid o Segovia pasen a la fase 1, “porque cuando se abran va a ser explosivo para Ituero y Lama”. “Si se abren, se ha abierto la veda para nosotros. La de peticiones con justificaciones peregrinas que he recibido estos días para poder desplazarse. Para mí, ese es el mayor peligro, que empiecen a moverse los madrileños”, comenta.
A pesar de que la zona básica de salud de Fuentesaúco de Fuentidueña es una de la que menos casos registra. aún no puede pasar a la fase 1. La pequeña localidad de Aldeasoña (57 habitantes) pertenece a esta zona, y aunque no ha habido ningún contagio, tienen que resignarse a mantenerse en la fase 0. Su alcalde, Miguel Ángel Regidor, reconoce que quiere ya pasar a la siguiente fase “y que se abran los bares y las personas mayores puedan ir a sus centros”. “No tenemos comparación con las grandes capitales, y parece que estamos en guerra”, apunta.
En San Pedro de Gaíllos (297 habitantes), perteneciente a la zona básica de salud de Cantalejo, tampoco ha habido contagios, ni en la residencia de personas mayores, pero siguen confinados. El alcalde, Juan Carlos Montero, pide que se les tenga en cuenta. “Queremos que las cosas se hagan bien. Ya estamos un poco cansados de esta situación y estamos preparados para pasar a la siguiente fase”, afirma.
Por su parte, el alcalde de Coca (1.774 habitantes), Mariano Herrero, reconoce que en su localidad, a pesar de ser más grande, se han registrado menos casos que en otros municipios similares de la zona básica de salud de Nava de la Asunción, a la que pertenece, pero es prudente. “Creo que las cosas se están haciendo bien y tampoco hay que precipitarse. Queremos pasar de fase pero con todas las garantías”.
