Ser y no ser en la práctica es una duda que nos asalta a todos cuando llega la hora de las decisiones importantes. Consciente o inconscientemente.
Asumir responsabilidades en la cocina de la vida refleja a aquellas personas que tienen la autoestima elevada mientras que son responsables de sí mismos y acostumbran a toman un rol activo ante las dificultades. Suelen buscar la mejor manera de solucionarlas en lugar de culpar o señalar a terceros. Además, luchan por conseguir sus metas por sí mismos, sin esperar a que otra persona o incluso el destino les ayude a cumplirlas. Probablemente, asumir la responsabilidad de sus propios guisos, pueda aportar más confianza en uno mismo y estar más preparado para la vida del relativismo, por lo cual la autoestima, seguirá aumentando. En tiempos de liderazgo, conviene afrontar que una mala gestión de la notoriedad suele conducir a un aumento de banalidad. ¿En la escuela de la vida uno se forma a sí mismo?
En la tradición de la cocina desconocida conviven responsabilidades e irresponsabilidades en un mismo espacio que suelen dar lugar a continuas contradicciones. Una delgada línea que pudiera separar la contradicción de la mentira.
Y cuando no hay ninguna responsabilidad, imperan demasiados ecos y voces vestidos de salsas confusas camuflando ese pescado de anzuelo.
Se acerca de forma amenazante un cambio climático, que lejos de considerárselo como un traidor, ya venía avisando desde hace tiempo, pero solo algunos pocos guiados por la luz de la picaresca ya percibieron ese cambio antes que nadie, mientras ofertaban en carta una atemporalidad continua. ¿Será la quinta estación? ¿Producto de temporada?
Anunciar una cosa y ofrecer otra pudiera tener su protagonismo en la tradición de la ciencia ficción mientras que el aumento de mitos y leyendas urbanas suelen ser herencia de paradigmas.
Cómo ejemplo, una pequeña recopilación de algunas genialidades que he visto en algún menú castellano mientas se anunciaba a bombo y platillo su apuesta por el producto local y estacional:
¨sopa castellana con jamón de Jabugo y pimentón de La Vera¨, ¨sorbete de limón con champán Rondel¨, ¨revuelto de gulas con huevos de gallinas en libertad (vigilada)¨ o ¨tacos mexicanos de cochinillo de Segovia¨.
Sin duda, un regreso al futuro de caminos inexplorados en los que pueden convivir auténticas orgías de contradicciones.
Tendríamos que reconocer que la impresión puede ser la expresión de la dominación social como avance en la comprensión de una cultura, pero claro, si la impresión del gusto es peor que la de quien pretendes sorprender, ¿cómo ibas a impresionarlo?
