La posibilidad de que Madrid pudiera acceder a la fase 1 del plan de desescalada –desestimada ayer finalmente por el Gobierno- es un motivo de preocupación para los responsables de la Diputación Provincial, que defienden una gestión “coordinada y prudente” de la puesta en marcha de las distintas fases a través de la colaboración interinstitucional y territorial.
“Creo que lo prudente es ir despacio, sin quedarnos los últimos pero sin precipitarse”, explicó De Vicente, que señaló que en el caso de Segovia “el contagio comunitario existió en esta provincia y algunos ya lo advertimos”. “Nuestros dispositivos están dimensionados para una apuesta por una acción coordinada e interinstitucional” -aseguró el presidente, y ahora se trata de ir paso a paso para evitar tener que rectificar medidas”.
De este modo, la Diputación hará lo posible para mantener la actual plantilla de trabajadores, incluyendo los refuerzos de personal que se han contratado para suplir no sólo las bajas sino para dar descanso en los distintos turnos de trabajo. Así, De Vicente reconoció que en un primer momento hubo dificultades para encontrar profesionales dada la fuerte demanda en el pico de la enfermedad, lo que obligó a reajustar los distintos servicios, pero precisó que “nunca ha faltado la atención gracias a la responsabilidad y profesionalidad de los equipos de trabajo de las residencias”.
Una vez contratados los refuerzos, el presidente aseguró que “tenemos que mantenerlos porque la gente se lo merece, ya que se han prestado voluntarios para llevar a cabo un servicio y ahora son fundamentales para mantener la presión asistencial y poder cubrir posibles repuntes”.
Por otra parte, destacó el trabajo realizado en las tres residencias para adaptar espacios y servicios a la atención a los residentes que han contraído la enfermedad, coordinado por la Comisión de Seguimiento en la que los profesionales y técnicos han puesto en común sus conocimientos para planificar y gestionar con eficacia .
Así, explicó que en el caso del CSS La Fuencisla, la decisión de declarar el recinto como Centro Sanitario el pasado 6 de abril hizo posible la reorganización de los espacios para el aislamiento de los pacientes de la residencia y para recibir a los procedentes de la unidad de psiquiatría del Hospital General que llegaron derivados, lo que también obligo a reorganizar los recursos humanos y materiales desde un punto central, y dedicar la planta baja del edificio a la unidad covid-19. En este aspecto, De Vicente agradeció la colaboración de Médicos Sin Fronteras, que ha colaborado en la organización poniendo a disposición del centro su experiencia en la gestión de crisis sanitarias.
En las otras dos residencias, la sectorialización de los espacios aprovechando el diseño arquitectónico de los edificios ha permitido la adecuada separación de residentes contagiados, contribuyendo a su mejor atención, aseguró De Vicente.
