La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró ayer en Bruselas que su país es partidario de una recapitalización de la banca, si hay una posición europea común y fundamentada sobre esa necesidad.
«Alemania está preparada para llevar a cabo una recapitalización, si fuera necesario», señaló tras reunirse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Merkel reclamó una decisión «rápidamente», probablemente en la cumbre de líderes europeos del 17 y 18 de octubre.
La mandataria presidirá hoy en Berlín una reunión de la cúpula económica y financiera mundial para tratar de conjurar definitivamente la crisis de la eurozona, mientras arrecian los rumores sobre la quiebra griega y los problemas de los bancos europeos.
Este cónclave, en el que participarán entre otros Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), y Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), estudiará la situación del euro y otras divisas, en el marco de la reforma del sistema financiero global que estudia el G-20.
El primer punto de la agenda es la situación de las cuentas públicas de Grecia, que ayer vivió su quinto día consecutivo de huelga general, y que está pendiente de la aprobación por parte del eurogrupo del sexto tramo de su primer rescate, de 8.000 millones de euros.
La concesión de esta fracción del préstamo, imprescindible para que Atenas pueda hacer frente a sus pagos inmediatos, depende del informe que está elaborando actualmente la troika, formada por el FMI, el BCE y la Comisión Europea (CE), y de la ulterior ratificación de los líderes de la Unión Europea (UE).
El segundo punto de la agenda de esta reunión es la situación del sistema bancario europeo, lastrado por su tenencia de bonos soberanos de países con problemas financieros y otros activos de riesgo.
A este respecto, el FMI, que aclaró que no contempla comprar deuda de países europeos, instó en un informe al BCE a que «mantenga una política monetaria con una orientación acomodaticia» e incluso, a que la relaje, «mientras persistan los riesgos para el crecimiento y la estabilidad financiera».
Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, se comprometió a trabajar de «forma estrecha» con sus aliados europeos en la actual crisis por considerar que la estabilidad del Reino Unido está ligada a la Unión Europea.
De otro lado, la vicepresidenta y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, descartó que la economía española vuelve a sufrir una recesión y aseguró que el PIB crecerá en el cuarto trimestre de 2011 y se contraerá otras dos en el primero del próximo año.
