La gravedad de la crisis sanitaria pone en jaque la rutina de la vida de Cuéllar en todas sus facetas, y todos los vecinos plantean la cuestión de si las fiestas, el punto de inflexión del año en la villa, podrán celebrarse o no. El alcalde de la localidad, Carlos Fraile, se mantiene en un concepto: la prudencia. “Hay que estar pendientes de la evolución de la pandemia y aunque es cierto que la curva de contagios va a menos, hay que tener prudencia”; “en caso de poder celebrarse, habría que ver de qué modo y manera celebrar un evento tan particular como las fiestas de Cuéllar”, explica.
La noticia de que los San Fermines no se celebrarán este 2020 ha levantado aún más la incertidumbre, pero el alcalde asegura que la decisión está sin tomar y a la espera de lo que venga de autoridades superiores. Fraile afirma que entre San Fermín y las fiestas de Cuéllar, que comenzarían el 29 de agosto, hay mes y medio de diferencia, lo que puede dar algo de ventaja, siempre a la espera de lo que ocurra hasta entonces. .
El regidor local señala que la celebración de las fiestas y sus encierros tienen el componente de “hacer cumplir el rito, pero fundamentalmente hay un componente económico muy importante para todos los negocios de Cuéllar, que lo están pasando muy mal”. Indica que no hacer las fiestas “sería complicar aún más un año muy difícil”. No obstante, para hacerlo se deben contar con todas las garantías. “En caso de no realizar las fiestas y si fuera posible, optaríamos por un San Miguel más potente”, explica el alcalde como una de las alternativas.
Fraile comenta que mantiene comunicación con hosteleros de la localidad, quienes muestran sus preocupación, así como con los ganaderos y profesionales del mundo del toro, que se encuentran también en la misma tesitura. Las firmas están en el aire, los compromisos apalabrados ante esta situación, pero el alcalde confirma su intención de mantener las mismas ganaderías para 2021 si ellos acceden. Fraile afirma que mantiene “ideas en la cabeza pero sin materializar, y cierto optimismo, aunque no podemos precipitarnos en absoluto”. Para la licitación de la dirección de campo, de celebrarse, optarían por formas de contrato menor o de urgencia, todo a fin de solventar la situación, aunque todo son conjeturas hasta ver los nuevos escenarios.
En definitiva, el alcalde de la villa mantiene las esperanzas con realismo y siempre primando la seguridad de los ciudadanos, pero con la ilusión de poder dar ese balón de oxígeno a todos porque -ojalá- haya fiestas de Cuéllar.
